Según el Banco Mundial: “El sector textil debe ser más flexible y veloz para enfrentar la competencia china”Por Humberto GiratáHemos escuchado que en la competencia empresarial el “pez grande se come al chico”, pero, la realidad indica que en la época de la globalización este paradigma ha sido modificado por el del “el pez más veloz se come al más lento”.Para confirmarlo, Emiliano Duch, especialista en Industrias Competitivas del Banco Mundial, le propone a Colombia concebir una industria de la moda con colecciones cortas y rápidas para ser competitivas y enfrentar exitosamente a la agresiva industrial textil asiática, con bajos precios y altos volúmenes. La clave es competir con velocidad y calidad.Por lo tanto, Colombia deben pensar es en la integración de la distribución, con series cortas, respuestas rápidas, tiendas propias y precios competitivos. En el mundo contemporáneo, el diseño exclusivo desapareció y surgen nuevas tendencias que satisfacen las necesidades de los consumidores". El estudio concluye que las grandes inversiones publicitarias de marcas como Gucci y Levis, han quedado atrás y recomienda la creación de pequeñas cadenas de tiendas, con productos dirigidos a la clase media naciente, con criterios de consumo, apropiados para empresas que solo hacían maquila.En este contexto, presentan los casos exitosos de la firma española Zara, en cuyas tiendas se venden confecciones con diseños prácticos, en periodos cortos. En Zara bajaron los tiempos de entrega de 4 días a 4 horas. La estructura vertical quedó atrás, los papeles han cambiado porque quien tiene las ideas claras debe responder rápidamente a nivel industrial. Bajo este modelo se pasó de tener 4 temporadas al año a tener 20, con fábricas más sencillas, dinámicas y eficientes.Es un cambio de visión que las firmas colombianas están en capacidad de hacer, porque implica una dosis de ingenio y creatividad, muy propio de nuestra gente. Una vez más se requiere el trabajo en equipo de los actores del sector textilpara establecer una oferta que satisfaga los gustos de la clientela a unos precios que se ajusten a la calidad, en un ganar-ganar, entre compradores y vendedores.Se debe comprender la paradoja de la moda, en la cual, una cosa es lo que las personas aprecian en pasarela y otra muy distinta lo que realmente compran. Para trascender esta contradicción, se necesita el concurso decisivo de las escuelas de diseño con el propósito que su enseñanza se orienta a estilo de moda práctico, pero, sin descuidar los prototipos de los diseñadores exclusivos y famosos.Los fundadores de la empresa Zara se guiaron por este cambio de mentalidad y sus creativos saben interpretar rápidamente a la gente. Entendieron que los diseños exclusivos y detallados están mandados a recoger.Se resalta la realidad mexicana, donde la tercera parte de la población compra ropa china en la calle, otra tercera parte en las grandes superficies y la restante compra moda europea en las tiendas Zara.Antes de la presencia masiva de los productos chinos en el mundo, la calidad de las confecciones colombianas se abrieron paso en el mundo, pero, los precios de las prendas asiáticas frenó su impulso. En el campo de la competencias muchas pequeñas empresas exitosas en la confección de maquilan, en todo el país, quedaron abatidas.La propuesta del Banco Mundial genera una gran expectativa porque no solo representa una posibilidad de dinero para financiar inversiones de las empresas vinculadas al sector textil y de confecciones, para que retomen el camino de crecimiento sostenible sino que significa la atención más personalizada de una clientela que desea sentirse a gusto con la ropa que luce, a la moda y precios competitivos, al alcance de sus presupuestos. Uncategorized