La crisis que le espera a ColombiaPor Luz B. Jiménez/Pablo BorreroEl examen de los problemas económicos, políticos y sociales, termina siendo incompleto e insuficiente sí se limita al análisis superficial y externo de los fenómenos y procesos sociales medidos estadísticamente, que tan solo nos muestran un aspecto de la realidad, casi siempre mediatizado por el influjo de los intereses de las clases dirigentes que no permiten examinar a fondo las causas que los generan ni sus verdaderas consecuencias para la vida del común de la gente.Esta circunstancia cobra especial importancia en momentos en que se vislumbra el advenimiento de una situación de crisis económica que puede llevar al país a entrar en un proceso de desaceleración como consecuencia de los acontecimientos que se suceden en el mundo globalizado y en el territorio nacional como por ejemplo el que tiene que ver con la disminución de los ingresos nacionales derivados de la reducción de los precios del petróleo y de sus derivados, que representan el 55% de las exportaciones, en tanto que la mitad de la inversión extranjera está concentrada en dicho sector de la economía. A todo lo anterior se suma el déficit existente en cuenta corriente, el cual podrá agravarse en la medida en que suban los precios de las materias primas y de los productos importados y con ello se incremente el valor del dólar respecto a la moneda nacional.Aunque se afirma que la industria mejorará sus rendimientos en el inmediato futuro, el hecho real es que existen muchas dudas sobre su estado real, ya que el largo y continuado proceso de desindustrialización no parece detenerse mientras no se inviertan recursos de capital para la implementación de nuevas tecnologías y no se logre ampliar los mercados para la realización de los productos, bienes y servicios.Por otra parte, existe en el medio económico gran incertidumbre en torno a la posibilidad de mantener activas la construcción de vivienda de interés social y prioritario y de grandes obras de infraestructura vial que son financiadas con recursos del presupuesto nacional que hoy padece de un gran déficit fiscal equivalente a 18.5 billones de pesos que la nueva ley de financiamiento que se tramita en el Congreso no será suficiente para atender la inversión y el gasto social sin tener que recurrir al endeudamiento que aumentará considerablemente la ya abultada deuda interna y externa del Estado.Como consecuencia de esta situación se prevé que el sector agrícola estará sometido a una nueva crisis en materia de precios con excepción del café, flores, banano, que les impedirá a los agricultores competir con los productos, bienes y servicios que entran al país.Así mismo la denominada economía de servicios tampoco estará a salvo de la crisis, al tiempo que la dirigida por las multinacionales no tendrá mayores problemas al paso que continuará beneficiándose con la venta de los servicios que presta e incrementando sus ganancias que exporta a sus casas matrices antes que reinvertirlas en el país.En medio de este panorama las recetas neoliberales sobre la necesidad de aumentar la inversión extranjera en el país de nada servirán para mejorar la situación económica y social particularmente en materia de empleo y disminución de la pobreza. Por el contrario, los más beneficiados con dichas políticas son y serán los grandes del capital financiero nacional e internacional, que de paso han contribuido a incrementar nuestra dependencia de otras economías en lo que se conoce como una versión más del neo-colonialismo derivado del mundo capitalista globalizado.Entre tanto se continuarán creando expectativas en materia de política social de corte populista relacionadas con la entrega de casas gratuitas, becas para estudios superiores, oportunidades para empleos, subsidios para la población más vulnerable, etc., con lo cual se busca apaciguar el descontento de la población y se crea la sensación de que las familias ascenderán en el escalafón social de estrato por debajo del índice de pobreza a estratos menos pobres y medios, lo que supuestamente disminuirá la pobreza y la condición de desigualdad en que vive el pueblo colombiano.En la medida en que se profundiza la crisis que se avecina y que las clases dirigentes no estén en condiciones de gobernar el país, resulta así mismo más evidente la necesidad de materializar en acciones concretas las inmensas potencialidades del pueblo de realizar el cambio social y de construir una nueva sociedad más justa, equitativa e igualitaria.Dicha crisis no solo impactará la economía nacional y la política social en general si no que también se reflejará en las regiones y ciudades que como el Valle del Cauca y Cali han proyectado su desarrollo sobre la base de inversiones extranjeras, alianzas público privadas, Alianza del Pacífico, etc., sin tener en cuenta el proceso de desaceleración cuyas consecuencias incidirán en la vida económica y social de la municipalidad, lo cual no ha sido analizado por la administración central ni el concejo municipal a propósito del estudio del presupuesto para la vigencia fiscal 2015.VEEDURIA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA SOCIAL*Foto: Archivo/Vanguardia Uncategorized