El Jodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazabal

Yepes contestó lo que no debía contestar al tema, mostró a Bancolombia como una empresa inhumana.

El Consejo de Estado, como resultaba inevitable, devolvió a su cargo al magistrado Alberto Rojas, contra quien se montó una trinchera mediática tremebunda, volviendo gran delito una práctica común entre los abogados de comprarle el pleito al cliente mientras la parsimoniosa justicia lo resuelve.

La prisa y el deseo evidente del Gobierno y sus turiferarios de salir de un determinado número de magistrados que les estorbaban en su arrolladora marcha hacia la meta llevó a cometer el error de echarle la culpa al magistrado Rojas de la equivocación que tuvo el Consejo de Estado al elegirlo sin cumplir ‘santanderísticamente’ el protocolo que se estila para esas selecciones.

Se enmienda ese error, pero quien sí va a tener que buscar cómo quitarse de encima la mala imagen que dejó entre los accionistas durante la asamblea anual del Banco de Colombia, es su presidente, Carlos Raúl Yepes.

Ese día, cuando el accionista Jaime Alviar dio a conocer que el Banco de Colombia se abstuvo en el pasado de declarar a los fondos de pensiones el verdadero valor pagado en sus mesadas a por lo menos 80 empleados y se negaba a reconocer el error, se le vino el escaparate encima al doctor Carlos Raúl Yepes.

Por falta de experiencia, por algún defecto muy humano de creerse infalible cuando se tiene tanto poder en las manos, Yepes contestó lo que no debía contestar al tema, mostró a Bancolombia como una empresa inhumana, es decir sin alma y, lo que es más grave, hasta el momento de escribir esta columna no ha buscado ni siquiera una solución caritativa como uno esperaría por tradición de una empresa del Grupo Empresarial Antioqueño.

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