Repensar la vocación profesional de un gobierno
Los problemas de la ciudad en el 2015, con un colapso de la movilidad, sin la infraestructura para las nuevas áreas de desarrollo, sin recursos para la infraestructura vial, educativa, ambiental y con sus principales proyectos de ciudad, inviables en lo técnico y lo económico, como el Agua, el MIO y las Megaobras, obliga a repensar la vocación profesional de un gobierno. Adicionalmente la campaña que permitirá elegir un nuevo alcalde para la ciudad de Cali, han entrado en su segunda fase donde los precandidatos que eran 27, ya han quedado reducidos a 9 prácticamente, son los que siguen en la lucha electoral o aparecen con un buen porcentaje de intención de voto según las últimas encuestas, son ellos:
Angelino Garzón por el partido de la U, Roberto Ortiz o Carlos Clavijo por el partido Liberal, Germán Villegas o Carlos José Holguín por el partido Conservador, María Isabel Urrutia o Wilson Arias por Polo Democrático, Maurice Armitage y Luz Helena Azcárate que se inscriben por firmas.
Sus ejecutorias han sido deficitarias, ante la realidad fáctica del cómo se entrega cada administración
En los últimos 20 años, la ciudad ha tenido todo tipo de profesionales, entre los que se encuentran 3 Alcaldes con título de abogado, Mauricio Guzmán, Apolinar Salcedo y Ricardo Cobo; como Médicos el actual gobernante Rodrigo Guerrero y Jorge Iván Ospina; con matricula profesional como periodista, John Maro Rodríguez, estos han sido los líderes de los últimos años, pero se podría concluir que sus ejecutorias han sido deficitarias, ante la realidad fáctica del cómo se entrega cada administración. Ahora el nuevo Alcalde debe fortalecer la ejecución y visión de ciudad, para el desarrollo mínimo de ejecutorias públicas y administrativas necesarias para el Cali 2020.
Cualquiera que sea la vocación profesional del nuevo alcalde, debe tener la formación para ejecutar su programa de gobierno, de tal manera que pueda estructurar la ejecución de los programas de infraestructura económica y social de la ciudad en todos sus órdenes. Por ello, es importante exigir que los precandidatos tengan una buena reflexión sobre la proyección de soluciones reales con viabilidad técnica, económica, legal y ambiental.
Opciones de desarrollo que tenga la ciudad se pueda reconciliar alrededor del real presupuesto y reglamentos aplicables
Un buen candidato o buen alcalde, debe consolidar técnicamente las ideas con un equipo de campaña, para que el proyecto de ciudad que se eleve a Plan de Desarrollo de la ciudad con la certeza de su ejecución y la viabilidad de proyectar los recursos económicos para soportar los requerimientos sociales del municipio, que le permita darle la viabilidad técnica y legal a su programa de Gobierno. Un Alcalde debe liderar el respeto al Estado social de derecho, sus normas y regulaciones que existen en un país santanderista, de tal manera que las diferentes opciones de desarrollo que tenga la ciudad se pueda reconciliar alrededor del real presupuesto y reglamentos aplicables.
Recordemos que llevamos 5 alcaldes con el sistema de transporte masivo MIO y éste mantiene un alto déficit técnico y económico. Este es el gran legado de cinco administraciones, dónde queda un transporte mal planificada técnicamente, es decir, que las necesidad de movilidad de la ciudad no son capaces de ser ofrecidas por el sistema de transporte, al no tener viabilidad en la operación por la demanda de pasajeros, ni para proyectar el futuro del sistema.
Hoy no se sabe que va a pasar con el presente, menos con el futuro del MIO, desconociendo completamente hasta la fecha, en la qué se debe operar con la línea férrea de la ciudad al interior del sistema de transporte masivo.
Por ello desde el punto de vista de movilidad, lo que primero debe desarrollar el precandidato en la ciudad, es definir cuál es la propuesta de solución inmediata, de mediano plazo y largo plazo, en la que debe ser incorporado otro sistema de transporte, como un tren de cercanías. En la medida en que un alcalde tenga un proyecto de ciudad, de común acuerdo con Jamundí (Ciudad dormitorio), Yumbo (Ciudad industrial) y Palmira (Ciudad dormitorio e induastrial), Santander de Quilichao, Puerto Tejada con Pradera, Florida, Candelaria e incluso Dagua, Buenaventura y Buga, se debe estructurar ya la solución transporte para estas ciudades en un escenario de 20 años, que pasan rápidamente, solo es ver al alcalde Guzmán 1995 y Guerrero en el 2015.
Un buen candidato debe definir en un documento la política de salud, de seguridad, de educación, la deportiva, recreativa y cultural y por supuesto, la política de movilidad y desde la formulación de esas políticas cada candidato debe consolidar el desarrollo de una infraestructura, partiendo de lo que se necesita fiscalmente, para poder estructurar el futuro de la ciudad de Cali.
Equipos de gobierno deben presenta escenarios creíbles de construcción de ciudad
De esta manera los 9 precandidatos que tiene Cali, Garzón, Ortiz, Clavijo Villegas, Holguín, Urrutia, Arias, Armitage y Azcárate, sus equipos de gobierno deben presenta escenarios creíbles de construcción de ciudad. No podemos seguir repitiendo el proceso de Termoemcali, donde la ciudad perdió más de $1 billón, el tema del MIO donde hay una inviabilidad superior a $1 billón, el tema de Megaobras por valorización donde CALI perdió más de $1 billón, la Autopista Bicentenario donde la ciudad tiró a la basura más de $10.000 millones; y ahora el corredor verde que no tiene estructurado un proyecto.
Todos estos proyectos fueron contratados sin concurso público y ese es el gran pecado de ciudad, haber desarrollado estos “planes” sin la adecuada planeación de su arquitectura, ingeniería, estructuración económica, social, jurídica y ambiental. Es un gran pecado que nos obliga a corregir los proyectos, la ciudad necesita un cambio de visión y acción para beneficiar a los caleños, y para ello podemos hacer el símil que la ciudad necesita un arquitecto…, la relación “no pecaminosa” con el Concejo Municipal y así proyecte construir la ciudad que necesitamos.