Por José Abt
La Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos (RCCCV) (1) nació con el propósito de generar información confiable, imparcial y comparable en torno a temas de ciudad, calidad de vida y participación ciudadana y al generar este tipo de información en 10 ciudades capitales de departamentos + Yumbo, nos permite asimismo ver donde se encuentra comparativamente nuestra ciudad.
Revisando con detenimiento las cifras publicadas en el Resumen de Encuesta de Percepción Ciudadana 2014, vemos que tan solo el 19% de los caleños aprueban la gestión de la actual administración y dentro del contexto RCCCV ocupamos el antepenúltimo puesto.
El descontento general se refleja en todos los temas:
– Seguridad: uno de cada cinco ciudadanos ha sido victimizado; algo menos de la mitad se siente seguro en su barrio y tan solo una tercera parte en la ciudad de Cali.
– El 54% de los caleños dice que la movilización también ha empeorado desde el año pasado y después de Bogotá, este es el peor resultado de las 11 ciudades.
– Servicios públicos y privados: tan solo se califican como mediocres y los únicos que se salvan son los operadores del gas con tres cuartas partes de aceptación.
– Algo menos de la mitad de los ciudadanos siente que no se le garantiza el derecho a la salud e igualmente no se siente satisfecha por la atención recibida.
– En la educación que reciben los niños del hogar la ciudad está en el penúltimo lugar antes de Ibagué y cinco puestos detrás de Yumbo.
– Respecto a la situación económica, el 60% se siente por debajo del promedio y el 14% se consideran pobres.
Lo anterior conlleva a que tan solo el 62% de los habitantes se sientan satisfecho con Cali como ciudad para vivir y únicamente el 60% se siente orgulloso o muy orgulloso de su ciudad.
Las números hablan por sí solos: los indicadores de esta administración están por debajo del promedio y registrados en los últimos puestos del listado RCCCV; en muchos casos inferiores a los de algunas ciudades intermedias.
Si no queremos que la ciudad siga de mal en peor, debemos hacer un ejercicio de reflexión muy juiciosa y profunda respecto a quién vamos a elegir como futuro alcalde de Cali y ojalá encontremos un candidato joven para insuflarle un nuevo aire a la administración municipal; un candidato con experiencia política, mas no politiquero, con experiencia ejecutiva pero no dictador un visionario con sentido de realidad y sobretodo que sea un candidato de consenso ciudadano que termine con la polarización ciudadana de las últimas administraciones.