Redacción
“Los debates se caracterizaron por la dispersión, desconcentración y desintegración del quórum” advierte el Observatorio Cali Visible de la Universidad Javeriana.
La asistencia, en promedio, fue del 58%, la intermitencia, medida por las entras y salidas fiera de os cubículos de los concejales, en varias ocasiones del 20% y la inasistencia 22%.
De acuerdo con el Observatorio Cali Visible de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, los debates de control político llevados a cabo durante el último periodo de sesiones ordinarias tuvieron como común denominador la intermitencia, incurriendo en ello unos concejales más que otros como Harvey Mosquera, John Jairo Hoyos y José Uriel Rojas. Aun cuando las sesiones se programaron con una frecuencia alta y se sesionó casi diariamente, no fue posible lograr una sesión en la cual permaneciera la totalidad de sus miembros.
El más intermitentes es el concejal liberal José Uriel Rojas con un 38% y el segundo puesto es para el conservador Harvey Mosquera con un 33%.
Cali Visible también llama la atención sobre el hecho de que el cumplimiento del reglamento continúa fallando. El llamado a lista, responsabilidad del Secretario del Concejo, se caracterizó por realizarse espaciadamente o estableciendo recesos de quince minutos para dar tiempo a la conformación del quórum, incluso los veedores dejan en claro que hubo ocasiones donde las comisiones empezaron treinta minutos después de lo establecido, restándole dinámica y tiempo a los invitados citados para sus intervenciones, e impidiendo que las sesiones fuesen más efectivas: deliberativas y propositivas.
Por otra parte los concejales en reiteradas ocasiones realizaron tertulias en medio de las sesiones, mientras los citados exponían o respondían al ejercicio de control político. En parte, esto conlleva a que los debates se den con poca rigurosidad y no se adviertan resultados. Una situación a la que se suma que muchos de los concejales, especialmente algunos que poco asisten, a chatear por sus celulares de alta gama.
En los meses de marzo y abril de este año, entre los acuerdos aprobados por el Concejo Municipal, Cali Visible destaca la aprobación del “papayazo tributario”, un ejercicio normativo que incrementará los ingresos propios del municipio para inversión en programas de desarrollo.
También, por su incidencia, Cali Visible ha sido reiterativo en cuanto a que se exponga el porqué de cambiarle el nombre al Cerro de la Bandera si hoy es una escombrera y proliferan los asentamientos subnormales.
Voceros del Cali Visible indicaron “El cambio en la denominación del actual cerro de la bandera, si bien es muy sugestivo, nos preocupa desde el Observatorio su impacto para que de verdad sea, a futuro, un pulmón ecológico que representen todo sentido, la denominación que va a recibir. Por el momento afronta dos problemáticas de gran magnitud, la escombrera ilegal por el costado norte y la creciente invasión en su parte limítrofe con el río Meléndez y la Buitrera. Además, son problemas que han ido creciendo sin control de la administración municipal ni control político a los objetivos propuestos en los planes de desarrollo para los corregimientos
De acuerdo con el seguimiento de este Observatorio de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, el control político efectivo se centró en 16 proposiciones durante 13 sesiones y sólo se refirió a dos líneas de las seis del Plan de Desarrollo.
El trámite de siete proyectos de acuerdo se centró en cinco proyectos, de iniciativa del Alcalde Rodrigo Guerrero; dos relacionados con Perspectiva de Ciudad: la “Política Pública de la Primera Infancia y Adolescencia” y la creación de la “Secretaria de Gestión del Riesgo y el Fondo municipal para la Gestión del Riesgo de desastres”; un proyecto enfocado en la Gestión Financiera del Municipio: El “papayazo” tributario” y dos que buscan exaltar la memoria de los ciudadanos Nelson Garcés Vernaza y Manuel María Buenaventura.
El control político, durante el periodo, se dio con base en 21 citaciones. De ese total, el 76% – 16 proposiciones se llevaron a cabo efectivamente. Las otras no se realizaron por diferentes razones: aplazamientos, no asistieron los citados o no se obtuvo información.
Aunque en las sesiones siempre se contó con la participación de algunos concejales, la calidad del debate en su mayoría no se realizó eficiente ni eficazmente, tratándose de temáticas tan sensibles para la ciudad como la movilidad, el funcionamiento del MIO, la seguridad o el abuso sexual en menores.
En algunas oportunidades, los debates finalizaron con la ausencia casi total de concejales, como aquellas que trataron asuntos del sistema de transporte masivo o cuando se diluyó el quorum a la hora y veinte cuando se estaba tratando la urgente necesidad de reglamentar el Plan de Ordenamiento Territorial.