Informe Especial
Crónica de una lucha en el Pacífico Colombiano salvando tortugas con Diego Amorocho.
En ocho parques naturales, dos santuarios de fauna y flora, una vía parque y un área de manejo especial en el Caribe y el Pacífico colombiano, se alimentan, crecen, reproducen y transitan las tortugas marinas.
Por Oscar López Noguera Comunicador social periodista Universidad Javeriana.
En el 2014 Ganador Premio Nacional de Periodismo Deportivo ACORD:Mencion de Honor en premio Nacionald e Periodismo Ambiental Amway Colombia. Mención de Honor en premio de Periodismo Caucano.
Faltando siete meses para que finalice su periodo como mandatario de los caleños, Rodrigo Guerrero, regresa a la estatua de Belalcázar, el mismo espacio emblemático, en el que coincidencialmente le informó al mismo periodista que escribe este artículo, hace un año que sería candidato.
Tras varias semanas de preparativos el pasaporte de Diego tomó color Pacífico y su cita con una aventura de preservación llegó como esa cita inevitable y que se espera con todo el latir del corazón.
Desde Cali partió con su equipo y algunos voluntarios rumbo a Guapi, Cauca y desde este puerto ribereño hacia el mar adentro y la Isla de Gorgona
Una aventura que él revive hasta tres veces por año, motivado por cada tortuga marina que pudiera salvar y un compromiso con un liderazgo propio de este personaje al que hemos llamado “El Señor de las tortugas”
Las horas fueron pasando en este Parque Nacional Natural de Gorgona, todo estuvo listo para una marcación de las tortugas marinas en las aletas con placas metálicas numeradas…
Pero como puede ocurrir con cualquier encuentro con la naturaleza, en la primera salida mar adentro, no se encontró tortuga alguna.
El cierre de la primera jornada generó mayor motivación para la siguiente salida y es que en el Pacífico colombiano hay variedad de tortugas, la caña, la carey, las golfinas y las negras, todas consideradas en peligro de extinción; es decir, que están a punto de desaparecer. De ahí el reto y la responsabilidad con este patrimonio de la naturaleza.
En la segunda jornada, el tiempo pasó más lento, en plena alta mar, la primera que se dejó ver fue una ballena, de las primeras en llegar a aparearse en estas cálidas aguas. El recorrido siguió su curso, a medida que avanzaba la jornada, la ansiedad fue apareciendo, hasta que en una inmersión uno de los expedicionarios observó a una tortuga marina.
En cuestión de segundos, el objetivo fue levantado como un gran trofeo de vida. La espera terminó y de vuelta a la isla las cosas cambiaron. En ese momento Diego inició lo que es todo un rito por la conservación, la tortuga fue preparada para instalarle un transmisor satelital
En una de sus aletas se instaló un dispositivo, comenzó a transmitir señales a un satélite que codifica los datos y calcula la posición del individuo rastreado en tierra o mar. Al otro día esta tortuga fue devuelta a su hábitat, con ese transmisor colocado en el caparazón, una especie de seguro de vida con el que cada vez que salga a la superficie para respirar, emite una señal a través de la antena.
Esta señal es captada por un satélite usando el sistema Argos operado conjuntamente por la Agencia Oceanográfica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA), la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) y la Agencia Espacial Francesa (CNES), cuya misión es el monitoreo para el estudio y la protección ambiental.
Así con la telemetría satelital es posible conocer hacia dónde se mueven y dónde permanecen durante considerables periodos de tiempo. Sabiendo esto, se pueden disminuir las amenazas en los lugares claves para ellas, así como a lo largo de las rutas que siguen para llegar a éstos.
Este transmisor es una pequeña unidad diseñada especialmente para que no afecte ni entorpezca la natación de la tortuga. Los transmisores Sirtrack usados en este proyecto, tienen una forma hidrodinámica que reduce la fricción del agua haciendo que la tortuga se acostumbre rápidamente a él. Para la adhesión del transmisor al caparazón, los científicos emplean una macilla epódica especial que no causa daño ni molestia alguna a la tortuga.
Así la excursión abría sus horizontes y en la tercera jornada, otra tortuga fue recuperada y le fue instalada esta tecnología con la cual es posible tener varias alternativas para su salvación.
Finalizada la gesta en Gorgona, el regreso a Cali generó nuevas jornadas de seguimiento a estas tortugas bautizadas con nombres de esperanza para sus extensos recorridos.
La tecnología al servicio de la preservación, el esfuerzo en el que este biólogo se ha concentrado también en el contar con los recursos para organizar portón a una próxima excursión, pero sobre todo para adquirir los equipos de telemetría.
Video Crónica de una lucha en el Pacífico Colombiano salvando tortugas con Diego Amorocho.