El Jodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazabal

Al aprobarse finalmente la reforma constitucional, mal llamada de “equilibrio de poderes” e independiente de que la Corte la tumbe o no, se inicia hoy la carrera presidencial para el 2018.

El hecho de que allí se hayan impuesto una serie de limitaciones al vicepresidente de la nación si pretende presentarse como candidato, es lo que obliga a que los patos comiencen a tirarse al agua y a aguantar el chaparrón.

En el gobierno de Santos obviamente juegan al triunfalismo. Si pactan la paz con la guerrilla, el candidato más evidente es Humberto de la Calle pero el más probable sería el Fiscal Eduardo Montealegre, aceptado por las Farc y por  la izquierda y con muchos vínculos  con los jefes liberales.

Sin embargo, Sergio Fajardo, amamantado por el estado central y los cacaos antioqueños cree tanto en ser el más ideal para el post-conflicto, que hasta alcaldes quiere elegir en Cali con Armitage y en Bogotá con Peñaloza.

Si no pueden firmar la paz, Santos tiene en la vitrina al exministro Pinzón, ahora embajador en Washington, quien de dientes para afuera la combatió, nunca a Vargas Lleras que se ha quedado callado con el proceso de paz y a quien todo el país solo espera que le repita la dosis  de traición que le aplicó a Uribe.

En la derecha conservadora Martha Lucia Ramírez le quiere disputar la candidatura al Procurador Ordoñez pero como el árbitro derechista es Uribe, nada de raro tendría que pasar, lo que otros muchos colombianos creen que debe forzarse, que Vargas Lleras y Uribe hagan una llave poderosa y los godos se queden con los crespos hechos.

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