Por P. Héctor De los Ríos L.
Vida Nueva
¡Maestro sálvanos!
Evangelio de San Marcos 4, 35-41
El evangelio de este domingo nos recuerda que todos, hasta los más fieles, tenemos inclinación a temer y dudar de la compañía de Jesús. En más de una ocasión hemos sentido la impotencia y frustración al saber que contamos con su presencia, pero cuando el mundo y las circunstancias no son favorables para nosotros, damos paso a la desesperación. En distintas ocasiones, hemos caído en la misma actitud de los discípulos y, en medio de la tormenta, le buscamos con reclamo y exigencia, muy molestos al sentir que Él permite que nos pasen “cosas malas”.
Entonces, Jesús, nos pregunta “¿Todavía no tienen fe?”, es un bonito llamado de atención, pues lo dice cuando ya nos ha librado del peligro y ha desplegado todo su poder. “¿Todavía no tienen fe?” debe ser esta la pregunta que se quede en nuestros pensamientos, y ayude a madurar nuestra experiencia de fe en Cristo. El Papa emérito Benedicto XVI nos presenta un camino para crecer en la fe: “Queridos jóvenes, permítanme que, como Sucesor de Pedro, les invite a fortalecer esta fe que se nos ha transmitido desde los Apóstoles, a poner a Cristo, el Hijo de Dios, en el centro de vuestra vida. (…)
Tener fe es apoyarse en la fe de sus hermanos, y que su fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Para el crecimiento de la amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de tu gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios”.
3 Sigamos nuestra meditación con estas preguntas: ¿Cómo entiendo el abandono en brazos de Jesús? ¿En qué situaciones he sentido que no tengo fe? ¿En qué circunstancias me he sorprendido por la fe de otros? ¿Qué actividades hago para que mi fe crezca?