Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
Los efectos de cambios en temperatura, sentidos especialmente en estos calurosos días de verano, nos hacen reflexionar sobre las razones por las cuales los centros urbanos experimentan cambios importantes en su comportamiento climático.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, NASA, ha realizado estudios recientes, con el fin de determinar las razones que han elevado la temperatura global en 1.4 grados Fahrenheit desde que se conocen registros científicos y que datan a 1880.
Sorpresivamente algunos cambios atribuibles a factores externos como la órbita planetaria, las variables temperaturas del sol, la erupción de volcanes, la deforestación, la amenaza sobre la capa de ozono o la contaminación de aerosoles han sido descartados como elementos primordiales del calentamiento.
Apartados estos elementos del mito del calentamiento, la conclusión desafortunadamente, apunta hacia el efecto invernadero por el consumo de energía fósil, derivado de hidrocarburos, en especial, la generación térmica con plantas de carbón y la contaminación vehicular.
Afortunadamente, Colombia apenas depende aproximadamente en un 21% en generación térmica. La topografía nos ha bendecido con la inmensa posibilidad de generación, a través de hidroeléctricas, empleando el abundante recurso del agua y algunas, como el caso de Salvajina, prioritariamente represas de regulación de inundaciones y riego en épocas secas, y secundariamente como generadoras eléctricas.
Cali, afortunadamente, no solamente goza de energías limpias, sino que la naturaleza le ha concedido un factor de vientos que disfrutamos como la brisa vespertina caleña. Comparativamente con otras ciudades como Los Ángeles, Santiago de Chile y Medellín, la brisa cumple con el propósito de bajar la bochornosa temperatura del medio día y realiza un suave barrido de la contaminación vehicular permitiendo mejorar el índice de la calidad del aire.
Contando con estos factores favorables y envidiables debe ser propuesta de la administración municipal fortalecer algunas actividades que en el mediano y largo plazo mejoren aun más la calidad de aire urbano.
La ciudad, el municipio y sus habitantes deben comprometerse en varias actividades que podrían incidir en bajar las temperaturas en las épocas secas caleñas.
La reforestación de las cuencas de los seis ríos urbanos, incrementar el índice de zonas verdes del irrisorio 2.5 metros cuadrados por habitante fijando como meta 10 metros cuadrados p/h, arborizar el espacio público triplicando la siembra de especies nativas, de las cuales se tiene un inventario de 300,000 árboles, realizar mantenimientos agroforestal dirigidos, continuar con los controles de emisión de gases vehiculares, sembrar pastos o huertas caseras en las azoteas y continuar con las paredes verticales verdes son algunas actividades que la ciudad debe realizar.
Cali debe perfilarse como la ciudad verde Colombiana.
@geulloa