El Jodario
Por Gustavo Alvarez Gardeazabal
Desde mis épocas de estudiante de la Universidad del Valle, donde él ya fungía como Decano, siempre he oído de la honestidad que caracteriza a Rodrigo Guerrero.
Por estos días, sin embargo, ese prestigio parece venirse a tierra, por una terquedad chauvinista, que aquí ya había advertido que estaba a punto de suceder, (abril 8), el alcalde de Cali insiste en anular el contrato del alumbrado que tiene con “Megaproyectos” y que está vigente hasta 2017.
Ciego y sordo ante la bestialidad que va a cometer, asesorado por quien sabe quién o débil ante las presiones de sus seres más queridos, el alcalde de Cali fue puesto finalmente en evidencia por el gerente de las Empresas Municipales que se vio obligado a renunciar antes que firmarle un decreto ilegal declarando la nulidad del contrato.
Las explicaciones nacionales que ha dado Guerrero, cada vez lo hunden más en el pantano de un desprestigio que no tiene por qué recorrer. No solo es el capricho chauvinista de quitarles el alumbrado de Cali a los paisas, son las otras denuncias que hace el renunciado gerente sobre varios contratos violatorios de las normas y dañinos para la seguridad económica de las Empresas Municipales de Cali.
El exmagistrado Rubén Darío Henao, abogado de Megaproyectos, enumeró públicamente 7 delitos por los que serían acusados el alcalde y el nuevo gerente donde tumben el contrato de alumbrado. 6 de ellos los llevarían a la cárcel y uno a la destitución disciplinaria.
El problema reside en que todo mundo piensa que el afán del alcalde y su combo de anular el contrato de alumbrado es para sacarlo a licitación y “adjudicarlo” antes de que termine su período.
@eljodario