El Jodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazabal

Óscar López Pulecio, en su columna del diario El País, propone una fórmula ingeniosa para poner punto final a la cadena de la cocaína y aliviar de una vez por todas las presiones que han afectado a una vasta generación de colombianos.

Él parte de los datos entregados hace una semana por la ONU, donde Colombia produce 442 toneladas de cocaína al año que, al precio de mercado, valdría 1.193 millones de dólares, pero de los cuales los campesinos solo reciben menos de la mitad.

En otras palabras, que si el campesinado que cultiva la coca recibiera 550 millones de dólares cada año (la ayuda gringa para esa batalla antidrogas fue de 440 millones), se habría comprado toda la producción, se acabaría la intermediación y los Estados Unidos, Europa y Japón tendrían que comprar la cocaína en otra parte.

La propuesta es tentadora. Implementarla es más difícil. Yo sugeriría que para volverla realidad, las tropas de la ONU ingresarán al país y se encargarán de toda la operación de compra y destrucción para que la corruptela uniformada colombiana no se fuera a llevar los sobrantes clandestinos, ni hiciera cambiazos a la hora de la incineración.

Es para pensarlo y discutirlo. Es para oír a los Estados Unidos, a la Unión Europea, a Rusia y Japón, que hoy consumen la mayor cantidad de cocaína en el mundo. Y obviamente, conseguir de ellos el apoyo económico para emprender esta aventura comercial que no por atrevida deja de ser alucinante.

Todos los problemas, menos la muerte, tienen solución. Lo que se necesita es imaginación, así sea calenturienta como la del columnista y profesor López Pulecio.

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