El Jodario
Por Gustavo Alvarez Gardeazabal
Nacho Londoño, el político vallecaucano muerto a tiros en Cartago el pasado 20 de julio, no solo era candidato a la Alcaldía de su pueblo natal y miembro de una familia que ha hecho política en esa región desde hace 60 años, sino que era un abogado que sabía demasiado.
Nacho Londoño, (oí decir al hijo de Álvaro Gómez en televisión), era el único que dizque podía haber desenmarañado las teorías sobre el asesinato de su padre y se llevó el secreto a la tumba porque, que sepamos, nunca lo dijo ante un juez o un fiscal o lo dejó escrito en sus temidas memorias.
Nacho Londoño fue el abogado de Comba en la facilitación de su entrega a los Estados Unidos y de esa gestión era el único que podría saber cómo era el cuento de los 12 millones de dólares en los que salieron mencionados JJ Rendón y Chica, el antiguo coordinador político de Santos en la Casa de Nariño.
Nacho Londoño era públicamente el abogado del hacker Sepúlveda, el de la campaña de Óscar Iván Zuluaga, y era el mismo que funcionó con la plata del tesorero Medina a la campaña de Samper.
Nacho Londoño sabía mucho de mucha cosa. Cuando era gordo y no se había hecho la bariática parecía gozar metiéndose en cuanto lío nacional, jurídico o mediático de gran envergadura se investigara y de todos salía incólume.
Ahora último, cuando perdió peso, resolvió aspirar a la Alcaldía de Cartago, un cargo menor comparado con todos los enredos mayúsculos en que estuvo metido. Ahí cayó.