*Redacción
Michel Maya es lo que se conoce al interior de la Alianza Verde como un "verde de verdad", así llaman a quienes fueron fundadores del Partido Verde hace ya más de seis años y que además encarnan la ideología de lo que es esta colectividad.
Hace menos de dos años, en su proceso de crecimiento, el Partido Verde abrió las puertas a otras vertientes políticas provenientes en su gran mayoría de la izquierda. Fue una transacción en doble vía: los verdes necesitaban crecer su caudal electoral para no desaparecer en las elecciones legislativas ante el exigente umbral que dejó la última reforma política y al mismo tiempo muchos izquierdistas que fueron expulsados del Polo (como los Progresistas) o que no tenían partido (como Jorge Iván Ospina) se les unieron y conformaron la Alianza Verde.
Además de los izquierdistas la Alianza Verde recibió también a figuras de otras líneas que llegaron estratégicamente a la colectividad porque calcularon que en ella, al no haber grandes votaciones, podrían hacerse elegir más fácil, como es el caso de la representante a la Cámara por el Valle del Cauca, Ana Cristina Paz.
Lo que vivió el concejal Michel Maya, que estuvo a punto de perder el aval como candidato de la Alianza Verde a la Alcaldía de Cali porque los recién llegados al partido (los congresistas Ospina y Paz) no están con él sino con Angelino Garzón es el resultado de la errada decisión que tomaron los verdes, que hoy son víctimas de su propio cálculo electoral y están perdiendo el control de su partido en manos de quienes no los representan ideológicamente.
Lo que viene
Lo que se vivió con el proceso de los avales es solo el principio, porque en el caso de Cali la elección de Concejo, que de acuerdo con los cálculos electorales le daría a la Alianza Verde solo para una curul, podría quedar en mano de verdes que por dentro tienen otro color político. Y en la elección de Alcalde ninguno de los dos únicos congresistas de la Alianza Verde del Valle respaldará al candidato de su partido.
Para usar una frase de las abuelas, se podría decir que los verdes son víctimas de su propio invento.