El Jodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazabal

En Colombia nos fascina darle vueltas al asunto y no llamar a las cosas por su nombre. Nunca nos dejaron llamar guerra a esta masacre continuada de 50 años y presidentes y titulares siempre quisieron denominarlo como ‘conflicto interno’.

Ahora, cuando se está acercando la posibilidad de poner fin a la guerra y se ha ido haciendo necesario un alto al fuego, se han inventado una mentira tan grande como puede ser el éxito de Santos donde logre la paz.

Las Farc han decidido decretar un cese unilateral por un mes y el Gobierno constitucional ha respondido suspendiendo los bombardeos. Esa determinación de las fuerzas antigubernamentales genera obviamente un acuerdo tácito en el sentido de que los Ejércitos Constitucionales bajan de alguna manera la guardia y desmotivan al soldado para continuar en la guerra.

En otras palabras, y por no tener la entereza para correr el riesgo de negociar una paz firmando previamente un armisticio, como en cualquier guerra en cualquier época de la historia del mundo, a los colombianos nos toca aguantarnos la manipulación de la información verdadera cuando todos sabemos que estamos en medio de un cese al fuego disimulado.

No quisimos llamar guerra a esto que hemos vivido. No queremos ir a un armisticio para negociar rápidamente la paz. No queremos llamar cese bilateral al fuego lo que verdaderamente sucede.

¿Será, acaso, que quienes están en La Habana no quieren realmente negociar la paz y unos y otros nos están mamando gallo para al final decirnos que han llegado a un acuerdo de voluntades, pero que la guerra no ha terminado?

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