Breves anotaciones sobre algunos antecedentes históricos del confort y la sostenibilidad ambiental en la vivienda y la ciudad
Por Arq. Jorge Alberto Dávila Gómez
Las primeras ciudades de la civilización occidental, de las cuales se tiene registro a través de relatos históricos, son la primera muestra del aprovechamiento de las condiciones naturales, en favor del confort de sus viviendas y de la disposición, configuración y trazado de los espacios urbanos. El entendimiento preciso de la geometría solar y otros principios elementales fueron empleados en la construcción de la casa y la ciudad. La vivienda egipcia, por ejemplo, estaba compuesta por varias habitaciones alrededor de uno o varios patios de donde provenía la luz, con vanos muy pequeños al exterior para protegerse del calor. Se construía con gruesos muros de adobe y troncos de palmera unidos para sostener las terrazas planas y ventiladas de la cubierta adaptándose así al clima seco y cálido del Valle del Rio Nilo.
También en la antigua Grecia filósofos como Sócrates, Aristóteles y Esquilo manifestaron su interés por la correcta relación entre los hechos urbanos y arquitectónicos con el medio ambiente. Para el primero la orientación adecuada de la casa y los espacios habitables debía ser al sur, donde el sol penetra por el patio, a través de un pórtico expuesto en invierno y generador de sombra en el verano. Aristóteles interpreta la organización de la casa expresando cómo las habitaciones no solo recibían calor en el invierno a través del pórtico, sino que, además, se resguardaban de los vientos fríos del norte. Estos principios elementales, identificados tempranamente por los sabios griegos, aunque fueron novedosos en su tiempo, hoy hacen parte del más básico estudio bioclimático para regiones del hemisferio norte.
El célebre arquitecto romano Marco Vitruvio, en su tratado de Arquitectura Clásica, resalta explícitamente la importancia del clima y del lugar en la acertada disposición de los edificios reconociendo las particularidades de cada región. Habla también del tratamiento de la luz natural: "…hacer que la luz entre en las casa desde la parte del cielo que se escoja…, luz naciente en los dormitorios y en las bibliotecas, luz poniente en las ventanas, los baños y las habitaciones de invierno y luz del norte en las galerías de pintura…".
(Vitrubio I, Cap. 1). Aspectos fundamentales para lograr la condición de confort en los espacios habitables de ayer y hoy.
Es a través de España, crisol de culturas, donde los árabes, durante ocho siglos, (S.VIIIS.XV) desde la arquitectura musulmana de los Omeyas hasta la arquitectura mudéjar de la Dinastía Nazarí en La Alhambra integran de la manera más sabia las estrategias medioambientales mencionadas anteriormente con un profundo respeto por el lugar y una elevada conciencia de las condiciones climáticas, dando lugar a la mejor de las arquitecturas bioclimáticas. Jardines húmedos, atarjeas, fuentes, espacios de transición, muros gruesos y calados, para mencionar algunos elementos, constituyen todos las hoy rebautizadas estrategias de acondicionamiento pasivo del espacio.
La colonización española, esa primera globalización del mundo occidental, trajo como mercancía evangelizadora la lengua, la religión y la arquitectura (Chueca Goitia, 1979).
Arquitectura cargada de sabiduría medioambiental brevemente aplicada en los desarrollos fundacionales de nuestras ciudades. Hoy, abundan los tecnologismos bioclimáticos pero pareciéramos desconocer los principios elementales que nos han sido dados a través de nuestra historia y con los que seguramente contábamos también en esta geografía de culturas pre-hispánicas. No reconocemos ni una cosa ni la otra.
Aplicarlos, orientando bien los edificios, entendiendo la geometría solar, involucrando la naturaleza y utilizando los materiales y las dimensiones adecuadas, no cuesta mucho, pero si no se hace nos puede salir caro.