Por Luz B. Jiménez/Pablo Borrero

En Colombia como en otros países del mundo capitalista el Estado destina un porcentaje del presupuesto para atender diversas necesidades sociales tales como el seguro de desempleo, el pago de pensiones, el otorgamiento de subsidios, la prestación de servicios de salud, educación, vivienda, recreación, etc.

Para tal efecto se considera el sistema fiscal y presupuestal como el factor mas importante de distribución de las rentas en favor de los sectores sociales más vulnerables de la población y en un instrumento social y político destinado a mitigar la pobreza y a conciliar las diferencias sociales que generan la desigualdad predominante en la sociedad dividida en clases y grupos sociales antagónicos.

Sin embargo la experiencia práctica e histórica demuestran que los cambios operados con base en dichas políticas sociales no dejan de ser más que paliativos que a la postre conllevan a soluciones a medias que poco ó nada contribuyen a resolver los graves problemas de desigualdad y pobreza que aquejan a la comunidad.

No obstante dichas políticas se utilizan para hacer demagogia y populismo que día a día cobran mayor vigencia en el país, particularmente en época de campaña electoral en que se realizan grandes despliegues publicitarios sobre los programas sociales agenciados por el Estado, de todo lo cual es un ejemplo lo que viene sucediendo con la campaña que en materia de vivienda adelanta el vicepresidente Germán Vargas Lleras y que por lo demás está muy lejos de resolver el déficit habitacional que sobrepasa el millón de viviendas en todo el país y por supuesto el concepto de vivienda digna de que trata la Constitución Nacional.

Por otra parte la “reducción del desempleo” al que las estadísticas oficiales hacen referencia, se ha convertido en un instrumento político para generar grandes expectativas a través de las cuales se encubre el desempleo disfrazado de trabajo informal que cada día aumenta en el seno de la sociedad, con todo y la aprobación en el año 2010 de la denominada ley del primer empleo la cual no ha contribuido a disminuir el desempleo juvenil.

No sobre agregar que la causa real del desempleo obedece a la insuficiente demanda de productos, bienes y servicios que finalmente conlleva a una disminución de la actividad productiva engendrándose un mayor desempleo, agravado con la demanda de trabajo barato, aumento de los precios de los artículos de consumo, incremento de los impuestos, crisis económicas, aumento de la inflación e implementación de nuevas tecnologías con las cuales se desplazan a miles de trabajadores de sus empleos.

Ahora bien, no es casual que en medio del desarrollo del debate electoral se utilicen algunos resultados derivados de las políticas públicas para favorecer ciertas campañas y dirigentes políticos afines al gobierno de turno encaminadas a ganarse la confianza de los electores que aspiran satisfacer sus necesidades votando por quienes les prometen incluirlos en los programas sociales y con los cuales no solo se alimenta la politiquería y el clientelismo sino que se crea la ilusión de que el Estado si cumple a cabalidad con los fines del Estado Social de Derecho en los cuales se apoya el régimen para apaciguar los ánimos de los ciudadanos e influir en sus conciencias de cara a la seducción que ejercen los candidatos sobre los electores en medio de la gesta electoral.

VEEDURIA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA SOCIAL

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social