El Jodario
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Las marchitas que organizaron los uribistas el pasado 7 de Agosto en 22 ciudades del país van a marchitar al partido de Uribe y le auguran un triste resultado electoral el 25 de octubre cuando se elijan autoridades provinciales.
Un partido caudillista como el Centro Democrático no puede desperdiciar una oportunidad como la que tenía de convocar al fastidio y al cansancio que una gran parte de los colombianos sienten por Santos y su Gobierno.
Un caudillo como Uribe tuvo la oportunidad de haber salido a convocar a sus partidarios y a millones de colombianos pero, extrañamente, escondiéndose en tímidas declaracioncitas de apoyo a la marcha, no asumió como líder la responsabilidad de encabezar la protesta ciudadana.
Cuando Gaitán llenó la plaza de Bolívar en la manifestación del silencio con la que hizo tambalear a Ospina Pérez y a los oligarcas del partido liberal, él mismo la convocó, la organizó y le dio entidad. No se la dejó a unas amas de casa.
En las marchitas del viernes, Uribe no encabezó el desfile antisantista en Bogotá, siguió quedándose en Medellín. No gastó un tuiterazo en pedirle a los millones de seguidores que salieran a marchar detrás de él y, lo que es peor, no gastó un peso en anuncios publicitarios para que el país entendiera la magnitud de la protesta.
El país necesita oposición recia, pero organizada, vibrante y entusiasta, capaz de enfrentar democráticamente a un gobierno que no le ha dado vergüenza envolatar la verdad cada que lo necesita. Uribe podría haber asumido ese rol el viernes pasado. No pudo o no quiso y el que pierde es el país.
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