Por Luz B. Jiménez/Pablo Borrero
 
En un primer debate televisado por Telepacífico los ocho aspirantes a la alcaldía de Cali a  la pregunta de por qué quieren ser el alcalde ó la alcaldesa de la ciudad, respondieron con diferentes razones y motivaciones de carácter personal, asistencial, racial, de género, de lucha contra la corrupción y el clientelismo político, lo cual dejó en claro su verdadero perfil y desde luego una serie de inquietudes e incertidumbres en torno al papel que jugarían como presuntos representantes y defensores de los derechos e intereses comunes de los caleños al frente de la alcaldía de la ciudad.
 
Así las cosas, la candidata María Isabel Urrutia respondió a dicha pregunta que su deseo de ser la alcaldesa de Cali obedece a que “conoce la ciudad…y sabe lo que le molesta a los caleños…porque soy una mujer negra del oriente de Cali. Por ser la primera mujer alcaldesa de Santiago de Cali”, con lo cual se pone de presente su perfil de género y racial.
 
A su turno el candidato Maurice Armitage contestó: “Yo quiero ser alcalde de Cali por una razón esencial, yo quiero que los caleños nos miremos a los ojos todos…que nos vamos a entender bien”, dejando ver la trivialidad de la concepción que tiene sobre la política y la conducción de la ciudad.
 
Por su parte Carlos José Holguín (quien estuvo vinculado a la administración municipal en dos oportunidades) manifestó que quiere ser alcalde “porque cree que llegó la hora de la solución de los problemas de Cali”.
 
Wilson Arias al tratar de explicar algunas propuestas suyas afirmó que los problemas de la ciudad “tienen remedio, tienen solución, solo que requieren el consenso de los ciudadanos en general, independencia, determinación y voluntad de cambio”, expresiones estas que se quedan en el ámbito de los buenos deseos, tal como sucedió desde la época en que se desempeñaba como concejal de la ciudad.
 
Por su parte Michel Maya afirma que de llegar a la alcaldía haría “un gobierno distinto que realmente solucione los problemas de la gente”. Dicho aspirante otrora concejal de la ciudad fue crítico y corresponsable con la administración del alcalde Guerrero en la aprobación de varias iniciativas relacionadas con el plan de desarrollo y el POT que supuestamente privilegian el interés general.
A su vez Roberto Ortiz afirmó que de ser el alcalde de Cali le dará “oportunidades a la gente ya que Cali necesita es de un alcalde que se acuerde de los más olvidados”, manifestación esta que hace referencia a su perfil asistencialista y populista.
 
La candidata María Isabel Larrarte  dice que quiere ser alcaldesa “porque tiene la convicción de vida, …la preparación académica…la sensibilidad social que se requiere para satisfacer las necesidades de todos los caleños. Con Larrarte el alcalde es Usted”, lo cual demuestra el desconocimiento de la ciudad, sus problemas, las causas que los generan y las necesidades y anhelos de los caleños.
 
Finalmente, Angelino Garzón manifiesta que quiere ser el alcalde de la ciudad por cuanto posee “los conocimientos y la experiencia para gobernar a Cali”, afirmación que supuestamente lo colocaría por encima de sus competidores sin que exista justificación para ello.
 
Como puede observarse la aspiración de llegar a la alcaldía por parte de los candidatos y candidatas, está más ligada con sus deseos particulares que con la vocación de servicio público a la comunidad, a la defensa de sus intereses comunes de acuerdo con la Constitución y la ley, lo cual presupone en las actuales circunstancias superar la visión deformada de ciudad que se tiene producto de la imposición de una concepción sobre el progreso, detrás de la cual se oculta deliberadamente la situación de pobreza y desigualdad social que se vive en la ciudad.
 
El llamado a los caleños es para que en medio del debate electoral no solo discutan las propuestas de los candidatos sino el sentido que debe tener en el inmediato futuro la ciudad de Cali, que no puede reducirse a la construcción de una gran urbe de servicios y de renovación urbana, que implica el desplazamiento de amplios sectores sociales y de pequeños y medianos comerciantes de la parte central de la ciudad, renunciando además a contar con una industria desarrollada que provea de empleo estable y duradero, con vivienda digna y seguridad ciudadana, movilidad adecuada y eficiente, y calidad en la educación y en la salud, etc., lo cual no será posible de alcanzar sí se continúa aplicando el mismo modelo económico, político, social, administrativo, urbanístico, ambiental y cultural, utilizado por los viejos y nuevos dirigentes políticos para quienes el interés particular disfrazado de interés público constituye la razón de ser y el factor determinante de la vida y destino de la ciudad y de los ciudadanos caleños.  
 
VEEDURIA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA SOCIAL
 
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