El Jodario

Gustavo Alvarez Gardeazábal

Desde el año 2013, cuando andaba con Peláez en La Luciérnaga, comencé a joder con los temblores en Puerto Gaitán, el epicentro de la explotación petrolera de los Llanos Orientales. Me respaldaba en estadísticas.

Hasta el año 2012, en esa población del Meta temblaba de vez en cuando, pero en el 2013 tembló 109 veces. Para el año 2014, los temblores alcanzaron la descomunal cifra de 599 y, en lo que va corrido de este año, ya registran 91, pese a la caída vertical del precio del petróleo.

En cualquier otro país, el ministro de Minas, llamárase Amílkar o Tomás, habría puesto sus ojos en Puerto Gaitán a través de esa institución que ahora se denomina Servicio Geológico y antes Ingeominas.

No fue así. En Puerto Gaitán (Meta) tembló 708 veces en dos años y en un promedio de intensidad de 2,6 en la escala Ritcher y ninguno de esos dos ministros se mosqueó.

Los científicos petroleros dicen que tantos temblores pueden haber sido producidos por la inyección de agua a los pozos que comandaba Ecopetrol en compañía de Pacific y otras 5 empresas más, que no son producto del fracking porque las rocas de esa zona no se prestan para tal procedimiento.

Pero en Puerto Gaitán ha temblado inusitadamente y nos han escondido las causas. El ministro del Medio Ambiente, llámese Pedro Picapiedra o Gabriel Vallejo, le ha echado tanta tierra al asunto como los presidentes de Ecopetrol.

Al país se le puede engañar, deben pensar ellos, porque hacen parte de un gobierno que juega a no decirle la verdad a Colombia. Pero en Puerto Gaitán sigue temblando, así sea clandestinamente.

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