Por: Claudia Rodríguez

Los indignados que se han tomado desde hace casi un mes las diferentes plazas de España, principalmente la madrileña Plaza del Sol, retirarán el próximo domingo 12 de Junio su campamento. Esta decisión se tomó en la última asamblea democrática, tras debatir durante más de cuatro horas y logrando un acuerdo de la gran mayoría de participantes a excepción de los grupos más radicales. Estos radicales pretenden continuar sin importar la decisión del gran consenso y dicen que no se retirarán hasta no ver cambios evidentes. Ante esto, los indignados debatieron largo y tendido sobre cómo dar soporte a los extremistas de la acampada, dejar un punto de enlace en la plaza y continuar su lucha desde los barrios mediante asambleas o acampadas itinerantes. Y es que el hecho de que más de un centenar de personas pueda quedarse en el campamento madrileño, hace crecer la amenaza de un desalojo por parte de las autoridades.

Así mismo, en esta asamblea, se hizo una llamada a la "inteligencia colectiva" para que cada indignado no fuese por su cuenta, alegando que cuando los intereses particulares se imponen a los colectivos, termina siendo el final de la política. Cayendo en los mismos errores de aquellos grupos políticos que tan indignados los tienen. Y es que prolongar el espíritu del movimiento es ahora su mayor lucha para que todos los esfuerzos no se pierdan. Son conscientes de haber logrado recoger e identificar el malestar de la sociedad, las numerosas deficiencias del sistema y la total apatía de los grupos políticos tradicionales. El problema es no ver clara su continuidad y aquellos que radicalizan y desvirtúan las propuestas.