Editorial

A un mes de las elecciones que nos dará el nuevo alcalde de la ciudad, presentamos un ensayo sobre la verdad de Cali. Nadie puede discutir las grandes fortalezas de la ciudad, su topografía, el clima, ríos y sus gentes, el empuje de muchos visionarios que han permitido mantener la llama pujante de una Cali próspera, pero esto no nos puede tapar la verdad de la realidad social, económica, política y de gobernabilidad de la ciudad.

El transporte masivo tiene más problemas que soluciones

Por supuesto que esta tierra es de alegría, con gentes abiertas, de mucha calidad humana, mujeres hermosas y por eso la laman la Sucursal del Cielo. Es capital de un hermoso valle del Cauca con olor a caña, tabaco y brea, con una brisa vespertina insuperable y noches cálidas. Su fortaleza, ser multirracial y multicultural, lo que la obliga a volver a ocupar la vanguardia que tuvo durante muchos años, gracias a las tradiciones españolas, la migración paisa, nuestra malicia indígena, y el ritmo y sabor de los afros.

La ciudad se ha recuperado un poco, el orgullo caleño se mantiene,  el autoestima ha vuelto a estar en el comportamiento ciudadano, somos luchadores, transformadores, innovadores, soñadores, pero somos individualistas, pocas veces trabajamos en equipo y nos negamos a integrarnos: Letrados con analfabetas, ricos y pobre. En fin, existe la antiquísima exclusión social, claro que fuimos precursores desde la independencia, pero los problemas gravísimos como son el agua, la inseguridad, el transporte, la violencia, la corrupción, la pobreza, la miseria, la valorización por obras mal planificadas, no los atacamos en defensa de los derechos de los ciudadanos.

El Pacífico lo olvidamos siempre, adicionalmente la vocación no está clara frente a una ciudad de servicios que se viene hinchando desde finales de los 70; el agua está en crisis desde hace 15 años sin solución, el transporte masivo tiene más problemas que soluciones, la inseguridad es nuestro mayor problema, somos la ciudad más violenta del país; el desarrollo urbano es caótico, vamos hacia Jamundí, verticalmente…? y sin respuesta a la subnormalidad en los 4 puntos cardinales; la infraestructura educativa obsoleta, la salud pública tiene unas ESEs como nido de burocracia más que de servicios y la recuperación de la malla vial no tiene los recursos para hacerla.

Y la informalidad y el desempleo llegan al 68% de los caleños, según un estudio del mismo Ministerio de Trabajo y la Alcaldía de Cali, lo que origina unos índices de pobreza y miseria que se palpan deambulando por el espacio público de la ciudad. Llevamos 14 años con la contaminación de las aguas provenientes del río Cauca y por ello, desde el año 2000 más de 300 barrios, entre ellos 1’600.000 personas se quedan sin agua No hemos tenido un Emcali que responda a uno de los grandes problemas de la ciudad.

Las obras faltantes como obligación de hacer, el marco fiscal de mediano plazo del Municipio, sería inviable. El Municipio está quebrado y no se dice la verdad

No hemos podido con el transporte masivo, a pesar que hace 36  años, el alcalde Escobar Navia y el Concejo de la época crearon el STM y Protrans. En el 2002, hace 13 años,  se cambió el proyecto y comenzamos la inconclusa carrera de dar un sistema de buses articulados MIO, el que no encuentra punto de equilibrio ni la aceptación ciudadana. Hace 3 años oficializaron las necesidades de $1 billón para salvar a Metrocali, finalizando el 2014 los recursos no aparecieron y el problema se centró en los operadores, más que en los usuarios. Hoy el MIO sigue siendo inviable técnica, económica y financieramente.

El anterior alcalde y el actual como Concejal embarcaron a Cali con un plan de desarrollo urbano con la valorización, denominado 21 Megaobras, de $ 867 mil millones, se cobraron y pagaron, se hicieron algunas sin estudios y hoy el valor de la obras sin poder contratar por la ausencia de disponibilidad presupuestal supera el $1billón. El Municipio debe cumplirles a los Caleños con estas obras, pero actualmente se han contratado varias para ser canceladas entre el 2016 y el 2020 y seguramente la Avenida Circunvalación del Sur, la doble calzada de la Carretera al Mar, la salida a Jamundí y otras,  queden para el cuatrenio 2020-2024. Si se dijera la verdad y llevara las obras faltantes como obligación de hacer, el marco fiscal de mediano plazo del Municipio, sería inviable. El Municipio está quebrado y no se dice la verdad.

Candidatos: Este panorama no es observar lo malo de Cali, claro que somos optimistas, pero debemos colocarle una dosis de realismo, no hemos sido capaces de parar la hemorragia de malas actuaciones administrativas, sin el soporte financiero y lo más grave aún  sin los estudios técnicos que demuestren la factibilidad de los proyectos de ciudad. Por supuesto que la recuperación del Distrito de Aguablanca es un hecho positivo de más de 3 décadas, lo mismo el crecimiento de una nueva ciudad de servicios con urbanizaciones y edificios modernos, pero nuestra realidad social y económica es una y es a ella a la que nos estamos refiriendo. No somos capaces de recuperar los ejidos y el patrimonio público, por el tapen – tapen. Cada administración le tapa a la anterior, pero ahora hay fórmulas que se salen de este nefasto modelo.

A Unión de los Caleños debe ser la gran batalla de todo buen ciudadano

El próximo 25 de Octubre eligiendo Alcalde y nuevo Concejo, es la gran oportunidad de los caleños para unirse e iniciar un proceso de trasformación de largo plazo. Para el 2015 se inician proyectos de infraestructura financiados por los contratistas hasta el 2020,  pero a Cali se le trata como un pueblo grande, no tenemos Plan Vial, el POT muy distante de lo que necesita Cali, las decisiones son irresponsables desde el Concejo y la alcaldía:   MIO, Megaobras, Termoemcali, agua, etc., y lo peor, perdimos liderazgo Nacional, respetabilidad como ciudad y dejamos de ser altamente atractivos para propios y extraños. Ah se nos olvidaba, somos la capital de la salsa.

 

La Unión de los Caleños debe ser la gran batalla de todo buen ciudadano, que entiendan los candidatos que esta es  la gran oportunidad nuestra para unirse e iniciar un proceso de trasformación de largo plazo, será el mes de la verdad y ojalá seamos capaces de proyectar la patria chica de nuestros hijos.