*Redacción

La salsa en todo su esplendor se lucirá en este X Festival Mundial de Salsa Cali 2015, que se inicia este 28 de septiembre e irá hasta el 4 de octubre.

Decir salsa es evocar el Caribe. Es sentir que ese ritmo hace parte de un fenómeno cultural enraizado en los sectores populares de Cali que exorcizan la tristeza por medio de la música y el baile.

Hablar de salsa es invocar la felicidad que camina por los cuerpos de los danzantes. Es ver cómo el acople y la armonía se transforman en pasos certeros y ágiles con los que se descifran las notas musicales y transforman el baile en un espectáculo que maravilla y asombra a quien lo observa.

La salsa es más que música. Es una pasión que se interioriza y se manifiesta en los pasos, giros, alzadas, quiebres y sonrisas que denotan la alegría de quienes se expresan en movimiento y belleza.

Y aunque la cuna de la salsa –dicen- fue en New York o la Gran Manzana, la ciudad donde se concentra el mundo, en Cali están los mejores bailarines de este género musical.

De los barrios populares de la ‘Sucursal del Cielo han surgido los más destacados bailarines, quienes con sus pasos ágiles y precisos han conquistado los galardones que acreditan a Cali como “La Capital Mundial de la Salsa”.

En Estados Unidos, durante un tiempo impusieron para el baile el ‘New York Style’, que tenía su origen en las escuelas cubanas y puertorriqueñas.

Otros trataron de imponer ‘Los Angeles Style’, pero es el baile desarrollado en Cali el que logra ganarse la atención del mundo. Hablar de baile de salsa es nombrar a Cali.

Hoy, la Secretaría de Cultura y Turismo, orientada por María Helena Quiñonez, preparó con esmero el X Festival Mundial de Salsa de Cali 2015 y nuevamente, el colorido de los atuendos, los giros que ponen el alma en vilo, y la belleza y armonía de los danzantes, estarán en la mira del jurado y en la atención de un público que cada vez sabe más de un tema que ha hecho suyo, que es parte de la cotidianidad.

Los bailarines caleños tienen fama en el mundo. Casi siempre, adonde van se traen los trofeos, los aplausos y la admiración del público por esa especial capacidad que tienen de bailar.

El baile de la salsa se ha convertido poco a poco en una industria cultural que exporta bailarines y con ellos la alegría de la ciudad hacia los más diversos lugares del planeta en los que aprecian, valoran y tratan de aprender cómo se baila en Cali.

La salsa con su baile se ha ido a recorrer el mundo y a conquistar adeptos para oficiar en el templo de la alegría su canto a la vida.

Porque bailar salsa es más que armonizar pasos con música, es ejercer el derecho a la felicidad, es celebrar que el corazón palpita en la sangre y es tener entre los brazos un cuerpo para que la vida continúe.

Con información del Municipio