Debemos registrar el avance y el retroceso que tuvimos los Municipios Colombianos esta semana desde el Congreso de la República y la Presidencia de la República. Debemos registrar, con esperanza, la sanción de la Ley de Víctimas y rechazar la manera tan burda como Gobierno y el Legislativo sacaron la ley orgánica de ordenamiento territorial LOOT, que no consulta el ordenamiento constitucional.
La ley de Víctimas sancionada en presencia de la autoridad No 1 en el mundo, el Sr. Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, tiene un aspecto fundamental para Cali con su patrimonio ejidal tan enredado, como es lograr la restitución de tierras. Ésta se aplicará a quienes hayan sido despojados a partir del 1º de enero de 1991. Es decir, se repara o se busca la restitución de tierras con un margen hacia atrás superior a las dos décadas.
Dice el Presidente “Esperamos que los procesos de restitución de tierras –que hoy pueden demorar entre 10 y 20 años– se acorten sustancialmente, por lo menos a una décima parte de lo que hoy duran. Habrá una Unidad Administrativa Especial de Tierras Despojadas –adscrita al Ministerio de Agricultura– que acompañará a los reclamantes en su proceso, y se crearán jueces agrarios o de tierras.”
Pero frente a la LOOT las ciudades Colombianas sí quedamos frustrados, especialmente para aquellos que llevamos 20 años trabajando y esperando esta ley, para que hubiera salido algo sinsabor, insulso e incoloro. No se regula sobre lo importante, como son los problemas entre regiones, departamentos y provincias, ni las competencias entre la nación, los departamentos ni los municipios, lo que se seguirá definiendo a retazos en leyes. Lo cierto es que estamos todavía muy lejos de la autonomía territorial y el desarrollo regional, pues no se define nada para las regiones administrativas y de planificación. Todavía seguimos siendo una banana republic.
Para entenderlo mejor, se necesita una LOOT que permita una mayor integración legal de Cali, Palmira, Yumbo, Candelaria, Puerto Tejada, Santander de Quilichao y hasta el mismo Buenaventura, pasando por Dagua, para hacer esta región importante económicamente en nuestro desarrollo internacional. Eso es pensar en futuro. Lo mismo definirle la situación al norte del Valle, al norte del Cauca, a la zona cafetera, a la misma zona Pacifica, tan olvidados en los centros de poder, para rescatarlos del ostracismo en que se encuentran.
Por ello debemos concluir que contradictoriamente estamos muy contentos con la ley de víctimas y frustrados con la LOOT.