Por P. Héctor De los Rios L.
Vida Nueva
Domingo vigesimooctavo del tiempo ordinario
San Marcos 10,17-30: «Nadie es bueno fuera de Dios»
El tema litúrgico de hoy es sobre los verdaderos y falsos valores de la vida. En la primera lectura, escuchamos el ruego del rey Salomón por alcanzar sabiduría. El valora la sabiduría más que el dinero, más que la salud, más que la belleza. Y Dios le da esa sabiduría, una cualidad que no es sólo humana: es una participación en el Espíritu de Dios y en las riquezas de Su Reino.
Este texto, muy corto, es una magnífica explicación de la efectividad de la Palabra de Dios. La Palabra llega al fondo del corazón humano; crea una crisis. La Palabra revela nuestras mentiras y males, e impele a una decisión. Tanto si es aceptada o rechazada, la persona no permanecerá igual.
En este Evangelio, Jesús denunciará la caducidad y carácter perecedero del dinero (símbolo también de los aparentes valores de vida), y anunciará a los Apóstoles la alegría y plenitud que vienen con la elección de los verdaderos valores del Reino.
Este contraste de valores, Jesús lo pone en evidencia en su encuentro y diálogo con el joven rico. Leamos esta escena bajo la luz del tema litúrgico de hoy:
Primero: El joven está sinceramente preocupado por los valores esenciales ("la herencia de vida eterna"). Le pregunta a Jesús la manera de vivir de acuerdo con ellos.
Segundo: El joven ya llevaba una vida buena y honesta, de acuerdo a la ética corriente humana: "Maestro, he cumplido todo esto desde mi niñez". Pero él buscaba algo más.
Tercero: Jesús es atraído por el joven, le agrada su sed por valores más altos. Por lo tanto, Jesús le invita a seguirlo a El, de una forma más radical y perentoria. En este seguimiento de Jesús, el joven alcanzaría los valores verdaderos y permanentes, relativizando los demás.
Cuarto: Su apego a la riqueza material impide al joven seguir a Jesús y participar en los valores más altos del Reino. Un valor falso ha reemplazado un valor verdadero. ¿Cómo podemos explicar el error del joven? Por falta de sabiduría, una consecuencia de su ceguera espiritual. Riquezas, poder y otras idolatrías humanas ciegan nuestros corazones y confunden nuestro discernimiento de valores.
Algunas preguntas para pensar durante la semana
1. Trata de identificar los valores principales que conducen tu vida.
2. Cuando tengo que elegir, ¿elijo generalmente los verdaderos valores?