Redacción
El Centro Democrático tenía planeado realizar en marzo pasado una consulta para elegir su candidato a la Alcaldía de Cali. Solo Miguel Yusty, ex secretario de Gobierno del Municipio y María del Pilar García, hermana de Daniel García Arizabaleta, se habían inscrito como precandidatos.
Pero no hubo tal consulta, el proceso se desbarató cuando el ex presidente Álvaro Uribe y Óscar Iván Zuluaga enviaron una carta, también firmada por la senadora Susana Correa, al ex vicepresidente Angelino Garzón, ofreciéndole el respaldo del Centro Democrático para su candidatura a la Alcaldía de Cali; en ese momento aún no estaba claro que solo podría ser candidato con el aval del Partido de la U.
Cuando la U le dio el aval a Garzón, el Centro Democrático quedó en el limbo en la campaña para la Alcaldía de Cali, ya no podía hacer consulta y el aspirante al que le habían ofrecido su apoyo estaba ahora avalado por el senador Roy Barreras, que luego de ser ultrauribista se convirtió en el abanderado del santismo.
Cuando se supo que el Centro Democrático no tendría candidato propio a la Alcaldía de Cali, de varias campañas empezaron a moverse en busca del respaldo del uribismo. El mismo Angelino Garzón esperaba que su amistad con Álvaro Uribe lo hiciera merecedor de ese respaldo. Roberto Ortiz también tuvo acercamientos a través de la senadora Susana Correa y la dirigente Elsa Dorronsoro, que trató de llevar el partido a esta campaña. Carlos José Holguín, que fue embajador del gobierno Uribe en Ecuador y sin duda el más cercano ideológicamente al uribismo, también esperó ese respaldo. Pero fue finalmente Maurice Armitage el que recibió la disputada adhesión del Centro Democrático.
En una gran paradoja, ese respaldo que tanto buscó la campaña de Armitage resultó ser uno de los peores errores de su campaña, fue tan negativa la reacción de la opinión pública caleña ante la alianza del empresario y el ex presidente que incluso al interior del equipo del Candidato consideran que son más los votos que perdieron que los que ganaron.
¿Pero por qué esta reacción tan negativa contra Armitage si Uribe es un personaje tan popular? Sencillo: esta unión representa una gran incoherencia por parte del Candidato a la Alcaldía de Cali, que es defensor del proceso de paz de La Habana, que estuvo en la isla hablando con los guerrilleros, que perdonó a su secuestrador y que ahora se alía con el ex presidente que encarna la oposición al proceso de paz y que promueve la solución militar contra la guerrilla.
Esto es tan claro que ni siquiera la justificación que dio la campaña al decir que esta adhesión es un gesto de reconciliación, fue bien recibida.
Por el contrario, al tratar de dar a entender que Armitage es un hombre bueno porque recibió a Uribe en su campaña, se denota que hay arrepentimiento en la campaña de haber celebrado esta alianza y eso tiene ofendidos a muchos uribistas que no quieren saber nada del empresario.
Así las cosas, Maurice Armitage podría quedarse con el efecto negativo de la adhesión pero sin los votos del uribismo, algo así como quedarse con el pecado y sin el género. Ya se observan uribistas con Roberto Ortiz y no son pocos, tambien con Carlos José Holguín, lo que demuestra que se cometió un gran error, que puede salir muy costoso.