El Jodario
Por Gustavo Álvarez Gardeazábal
En medio de una continua lluvia de piedras mediáticas, Dilliam Francisca Toro y Luis Pérez deberán ser elegidos gobernadores del Valle y Antioquia el domingo.
En la historia reciente no se había visto un ataque tan despiadado desde las redes sociales y desde las columnas periodísticas contra un par de candidatos, dueños ambos de un poder político evidente, un historial mitificado y una forma muy diferente de cada uno enfrentar la lluvia de ataques.
Luis Pérez, ex rector de la Universidad, soportó durante los gobiernos de Fajardo y Salazar, toda clase de diatribas más mediáticas que judiciales, pero se ganó una fama en Medellín de alcalde administrador aprovechado, pese a que sus obras de cambio si se vieron y están hoy en pie.
Dilliam Francisca, baronesa electoral del Valle, defensora acérrima de Santos, ha sido ascendida al pináculo de los oprobios desde cuando puso la banda presidencial al revés. Con esa capacidad chísmica valluna, Dilliam ha sido mitificada como la dueña de los hospitales, la generadora de contratos y la poseedora del poder. Pero nunca le han nombrado a ninguno de sus amigos en los gobiernos bogotanos que ha ayudado a elegir.
Luis Pérez, hosco, prefirió la via judicial para enfrentar a los columnistas que lo criticaron. Todos esos juicios los perdió, pero se quedó con la antipatía eterna del Grupo Empresarial Antioqueño. Dilliam, fresca, orgullosa de su provincianismo, apareció humana, mujer y conciliadora y pudo hacer caso omiso de los procesos judiciales pendientes repitiendo siempre que es inocente.
Los dos ganarán, pero el día que se posesionen comenzarán a parir micos.
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