El Jodario

Por Gustavo Álvarez Gardeazábal

Fastidiosa e incómoda situación en la que se encuentra el popular general Palomino. Por primera vez en la historia de este país a un Director Nacional de la Policía lo ponen en la picota pública por un  no demostrable acoso homosexual a sus subalternos.

Los actores, acusado y acusadores, son todos hombres mayores de edad y hacen parte de un cuerpo uniformado. El presunto acto de presión homosexual no fue a Medicina Legal ni al poco confiable detector de mentiras que implantara el general Naranjo  en su reinado, sino que fue a los escritorios para dizque atajar  testimonios.

Si el oficial denunciante hubiese aparecido  contando la historiela inmediatamente  luego de sucedida, habría  sido el destape del Cartel Rosado que parece haberse tolerado   al interior policial desde hace décadas.

Pero como la denuncia  fue hecha tanto tiempo después, conlleva un acto de venganza y  usa el malhadado criterio que los homofóbicos tienen sobre la debilidad de los gay de closet .Lo que complica el asunto es el corito de oficiales, lambones u obedientes que por limpiarla, la ensuciaron más.

Si al general Palomino le pudiera gustar hacer el amor con hombres, debe respetársele  totalmente y no perseguírsele para cuestionar su hombría o capacidades de mando. Si al Director de la Policía se lo quiere chantajear como lo han hecho los machistas con miles de gays asustados e indefensos, todos debemos exigir que se castigue a los explotadores.

Lo que no se, a esta horas de mi vida lujuriosa, es como calificar el acto reflejo de tapar el popó porque eso también lo hacen los gatos y ellos no se atollan.

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