Electroasonada

El Jodario

Por Gustavo Álvarez Gardeazábal

En este país se acostumbran a todo y aunque cada vez sea peor, lo minimizamos y nos aguantamos .La electroasonada de esta semana en Magangué contra Electricaribe, la enésima que sufre esa empresa, fue tan mayúscula como ofensivo el desgano con que el ministro de Minas y los medios miran el problema desde sus escritorios bogotanos.

Cada tanto de tiempo se ha venido presentando ese fenómeno en los pueblos de la costa. El servicio de Electrocaribe en vez de mejorar empeora. La tarifa, por supuesto, aumenta, pero la eficiencia no refleja ese nuevo alto costo.

Desprecian a sus usuarios, quizás por órdenes de sus dueños, los españoles de Gas Natural .No les socializan los daños a reparar ni anuncian los cortes necesarios para corregir las averías. Dejan entonces sin luz  horas enteras, días enteros a pueblos costeños y, obviamente, se rebotan y todos repiten el esquema de las electroasonadas.

La Costa, que devotamente votó por Santos siguiendo las orientaciones que Vargas Lleras imponía, se siente vejada con el tratamiento que recibe del ministro de Minas y fastidiada por la incapacidad del gobierno bogotano de negarse a corregir, con los instrumentos legales  que tiene, una situación que cada vez va a estallar en protestas más violentas.

Intervenir a Electricaribe de acuerdo a las normas vigentes es posible. Reemplazar a sus operadores para garantizar el servicio lo facilita la ley. Pero más aún, por la deficiencia continuada, un gobierno de verdad, ya la había expropiado y puesta a remate para que la manejen los que si quieren a Colombia, no los que  solo se llevan los euros para Madrid.

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