Impedir o desbaratar

El Jodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazabal

En Colombia tenemos la manía de que cuando las cosas están funcionando bien, nos inventamos la manera de desbaratarlas. Pareciera que gozáramos viendo como caminamos de para atrás, como el cangrejo.

Hasta el año pasado pagar los impuestos de los carros se fue convirtiendo lenta pero seguramente en una manera moderna y fácil para el contribuyente. Pero llegó el 2016 y un genio del Ministerio del Trasporte y una ministra que nos está resultando más terca que la mula Matilda de las novelas, resolvieron cambiar la tabla de precios y marcas y tienen pujando a todos los propietarios de vehículos. Unos se sienten vejados porque carro viejo paga más que carro nuevo. Otros burlados porque el precio comercial de su vehículo usado es muy inferior al que aparece en la tabla de la ministra Natalia. Y otros no aparecen.

Y ni qué decir con los sitios en donde se puede diagnosticar el zika científicamente, y no a ojo. El médico ahora no puede mandar la muestra de sangre al laboratorio de la EPS ni al particular sino a la Secretaría de Salud Departamental y allá tienen su secreto para verificarlo. Pero hasta allí llegan. El resultado no se lo devuelven al médico, que ya recetó a ojo el acetaminofén o sugirió un aborto. Apenas lo contabilizan en las estadísticas escandalosas del zika, que es como el chincunguña, que nunca supimos cómo era, pero sí mataba gente.

Los colombianos queremos y necesitamos pagar impuestos de los vehículos, señora Ministra. Y los que creemos que tuvimos zika porque se nos bajaron las plaquetas y se nos hincharon los pies queremos saber, don Alejandro Gaviria, si vamos al Invima o a hacer cola en su despacho de ministro de salud.

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