Por: Claudio Borrero Quijano
Santiago de Cali, ciudad sin brújula. Es creciente la hecatombe propiciada por terratenientes, plagados de avaricia insaciable. No olvidemos que ricos y pobres somos efímeros en la vida, el egoísmo visionario no exime de responsabilidades a los autodenominados prohombres. Enhorabuena el consejo de mayores de setenta años se pronuncia, Alfonso Ocampo, Rodrigo Guerrero, humildemente me incluyo… No es justificable el silencio de la “Universidad”, su divorcio con las decisiones políticas en materia de ordenamiento territorial municipal los hace responsables por inacción. Urge la intervención del universo del pensamiento representado en directivos, estudiantes, egresados, javerianos, Univalle, Icesi, Usabu, Libre, Autónoma, santiaguinos…
Titulan los medios: “alerta por polución en zona Acopi” – “CVC prohibiría la llegada de nuevas empresas a esa zona industrial debido a la alta contaminación que registra”
Caliescribe y ciudad al aire abren la discusión: “Resulta grave la hecatombe contaminadora del Río Cauca aguas arriba” – “bomba tóxica de lixiviados a solamente tres kilómetros de las bocatomas de las plantas de tratamiento de agua potable del Rio Cauca” – la expansión a “retazos” del corredor Cali-Jamundí, continuará contaminando el subsuelo con pozos sépticos y aljibes de aguas subterráneas sin potabilizar – grave riesgo colmatará con adicionales descargas sanitarias del sur el oriente consolidado del distrito de Aguablanca, erradamente prima la presión egoísta de urbanizadores propietarios de tierras, el actual colector de aguas residuales “Rio Cauca” colapsaría arriesgando sanitariamente todo el oriente urbanizado y consolidado de Aguablanca.
El déficit habitacional de 120.000 destechados humildes conducirá a mantener la anarquía urbanística, de no asumirse con emergencia evidente la restitución de tierras urbanas ejidales, materia prima para compartir el patio urbano con justicia social -el desarrollo suntuario de ciudad no debería primar sobre el verdadero desarrollo con justicia social – de continuar urbanizando las laderas boscosas del sur, la rivera, comuna 18, se incrementarán las escorrentías causantes de inundaciones crecientes de Ciudad Jardín, Valle del Lilí y del corredor Cali – Jamundí.
Cuatro años del alcalde Ospina no le sirvieron para pensar territorialmente a Cali. Repensemos entre todos la nueva ciudad de las planicies de Pance, cómo no crecer a “retazos”, cómo dotarla de autónomos y óptimos servicios públicos de toda el área, cómo aprovechar la capacidad portante del suelo para redensificarla… se abre la discusión, participe…