Análisis Politico – Armitage y el Concejo: se acabó la luna de miel*Por RedacciónDuró poco la luna de miel entre el alcalde Maurice Armitage y el Concejo de Cali. El “florero de Llorente” fue la reforma administrativa que hizo que los concejales empezaran a hablar de sus inconformidades con el gobierno municipal.A cambio de que aprueben facultades para que el Alcalde realice la reforma administrativa por decreto, voceros de Armitage les ofrecieron a los concejales cambiarles sus vehículos oficiales por carros nuevos y remodelarles sus oficinas y como las primeras reacciones del Concejo ante la iniciativa fueron negativas, los voceros de la Alcaldía los amenazaron con quitarles los cupos que tienen por prestación de servicios. Les dieron donde más les duele.Concejales como Albeiro Echeverry , Fernando Tamayo y Carlos Pinilla, que fueron promotores de Maurice Armitage en campaña ya están marcando distancia frente al gobierno municipal.Las cosas entre las partes podrían ponerse peor si finalmente la reforma no es aprobada como lo pretende la Alcaldía, ahí se daría la declaratoria de guerra.La posición de Armitage al considerar que no necesita del Concejo y el desmedido apetito burocrático de los concejales viejos puede llevar a que la situación se radicalice a tal punto de que este sea un año perdido para el Municipio.El alcalde Maurice Armitage tiene que entender que el proceso de la reforma administrativa no puede desconocer al Concejo y que ante su falta de experiencia en administración pública, la experiencia que hay en la corporación es necesaria. Los concejales por su parte no pueden ver este proyecto como una oportunidad para hacerse a más puestos, sino que deben verlo como una oportunidad para crear una estructura de un municipio eficiente.La administración municipal estudia fórmulas constitucionales dentro de la colaboración y armonía constitucional que debe existir entre el ejecutivo y el cabildo, para llegar a un consenso que permita la aprobación de la iniciativa, sin que se afecte la independencia entre ambos poderes públicos. Por ahora, la luna de miel se acabó.