Ser cristiano es mirar hacia adelantePor P. Héctor De los Rios L.Vida NuevaQuinto domingo de Cuaresma Isaías. 43, 16-21: «Miren que realizo algo nuevo y daré bebida mi Pueblo» Salmo 126(125): «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres» Filipenses 3,8-14: «Todo lo estimo pérdida, comparado con Cristo»San Juan 8, 1-11: «El que esté sin pecado que le tire la primera piedra»El Señor renueva sus prodigios en favor de su Pueblo. El profeta reanima la esperanza del Pueblo en el destierro con este poema de consolación. Refiriéndose a hechos pasados de la historia de salvación, anuncia la vuelta del destierro como un «nuevo éxodo». El mismo Dios que hizo prodigios antes, los volverá a hacer después.En nombre del Señor, el profeta Isaías se dirige al Pueblo de Dios exiliado y en el desamparo. Les comunica un mensaje de esperanza: nunca miren para atrás, a sus miserias y errores, sino que miren para adelante, a la permanente oferta de Dios a la renovación. Es la invitación que nos beneficia a nosotros hoy: vivir el «Año de la FE»¿Qué más pueden hacer los beneficiarios de la obra de Dios que proclamar que ha sido grande?También en el misterio de Cristo, realizado en la plenitud de los tiempos, hay una promesa de crecimiento para la Iglesia: es el futuro de Dios. Un futuro que no consiste simplemente en lo que nosotros podemos hacer, sino en lo que Dios nos da. San Pablo expone su nueva visión de vida y su programa de acción. Por un lado, un nuevo conocimiento de Cristo, por su experiencia personal de fe, que es lo que lo lleva a dejar todo y tenerlo en menos. De ese conocimiento en la fa brota su justificación interior, muy superior a la justicia legal. El fruto del conocimiento de Jesús es la comunión con Ël, en sus padecimientos y en su triunfo. Por otro lado, vive la tensión del esfuerzo y la búsqueda, ya que el conocimiento de Cristo no puede ser completo y acabado mientras estemos en esta peregrinación terrena.El fragmento evangélico de hoy es de san Juan, pero la narración es muy cercana a los acentos que pone Lucas en el ministerio de Jesús: su misericordia para con los pecadores y los marginados, y, de modo especial, su atención y respeto para con las mujeres. En la actitud de Jesús se encuentra la fuente inspiradora de Pablo (segunda lectura): la justicia que Dios otorga a los creyentes procede de haber creído en Cristo.Ante la proximidad de la Pascua, contemplamos la fuente de donde brota la purificación de los pecados. Que importante es pensar en la misericordia del Señor como lo hacíamos el Domingo pasado. En este quinto Domingo de cuaresma nos encontramos con Jesús el maestro de la misericordia, que a partir de un hecho puntual conduce a todos los hombres a entrar en la dinámica de la misericordia a partir de tres pasos que aplica Jesús en este pasaje como el Maestro por excelencia:Algunas preguntas para pensar durante la semana1. Cuando vemos errores y faltas en los otros, ¿reaccionamos como lo hizo Jesús, o como lo hicieron los escribas?2. ¿Somos capaces de distinguir entre el pecado y el pecador, una mala doctrina y la persona que la sigue.