Debate inaplazable sobre la desigualdad socialPor Luz Betty Jimenez De Borrero / Pablo A. Borrero V.La conjetura según la cual siempre ha existido y existirá la pobreza y la desigualdad social constituye una forma cínica de justificar dicha situación, en tanto que lo que parece más razonable es afirmar que la existencia de los pobres y de la desigualdad social se debe más bien a la existencia de los ricos que se apropian de la riqueza social producto del trabajo de millones de personas.Para otros el fenómeno de la desigualdad y la pobreza deviene del hecho de que existen personas que no tienen suerte en los negocios o nunca se han ganado por ejemplo una lotería, o son gentes que no abusan del poder para enriquecerse, o no devengan altos salarios y comisiones que les permiten salir de la pobreza y ascender en el escalafón social.Para conjurar los efectos de la pobreza y la desigualdad social economistas como Krugman reclaman la necesidad de imponer altas tasas fiscales, con las cuales se consigue disminuir las desigualdades e impulsar el crecimiento y desarrollo económico y social. En esta misma tónica la economista Cecilia López Montaño (Portafolio Mayo 2-2016) concluye que la mejor forma de resolver las desigualdades generadas por la concentración de la riqueza y del ingreso en Colombia, es aprobando una verdadera reforma tributaria, mediante la cual los ricos paguen sus impuestos y les quieten sus privilegios, pudiéndose de esta forma atender las necesidades de los sectores sociales más pobres y empezar a cerrar la brecha que conlleva a la desigualdad social.La propuesta de gravar con impuestos a los contribuyentes más ricos con miras a conseguir una mejor distribución de los ingresos y de la riqueza social en las condiciones de la sociedad capitalista y la implementación de políticas fiscalistas, no impide para que los dueños del capital no paguen en su totalidad sus impuestos de acuerdo con los principios de progresividad, equidad y justicia tributaria, pues estos gozan de innumerables privilegios (exenciones, deducciones, franquicias, subsidios, etc.) mientras se descarga la mayor parte de la tributación en cabeza de las clases medios y populares de la población.Es cierto que en algunos países como Noruega, Suecia, Estados Unidos, se gravan las ganancias del gran capital con altos impuestos que el Estado utiliza para atender la educación, salud, vivienda, etc., en procura de garantizar los derechos económicos y sociales de los ciudadanos, lo cual no significa en modo alguno que en cualquier momento sus derechos se vean disminuidos en medio de la crisis económica que conduce a que miles de trabajadores pierdan sus empleos, se reduzcan sus salarios y prestaciones y en general se desmejore su condición individual y social, acercándose cada vez más a niveles de pobreza y desigualdad social.En algunos casos y circunstancias especiales los capitalistas están dispuestos a pagar incluso altos impuestos, que trasladan posteriormente a los consumidores a través de los precios de los productos, bienes y servicios que ofrecen en el mercado, recuperando así la inversión y los costos de producción con las respectivas ganancias.Está claro que con la aplicación de la citada teoría no es posible erradicar las causas que determinan la concentración de la riqueza y del ingreso en un sector minoritario de la población, las cuales son producto del proceso de acumulación y reproducción del capital, cuya función principal es producir las máximas ganancias con el mínimo de costos, lo que conlleva irremediablemente a una mayor apropiación de la riqueza social, estimulada por la competencia entre los grandes monopolios que imponen sus reglas al Estado y la sociedad en un abierto o soterrado abuso de su posición dominante en el mercado.En el proyecto de plan de desarrollo del alcalde Armitage se contempla la posibilidad de aumentar los impuestos derivados de la actualización catastral de los predios y la de imponer nuevas tasas, contribuciones, peajes, cobros por congestión vehicular, etc., con los cuales se pretende recaudar durante su mandato buena parte de los 11.6 billones de pesos que presuntamente se invertirán en la ejecución de los proyectos y programas del citado plan, que si bien es cierto podrá aliviar temporalmente la situación de algunos de los sectores sociales mas vulnerables, no servirá para erradicar las causas de la pobreza ni de la desigualdad reinantes, las cuales podrán acentuarse en medio de la crisis del proceso de desaceleración económica, disminución de los ingresos y el alza constante de los precios a todo lo cual debe sumarse la obligación de pagar altos impuestos que harán que los ciudadanos pertenecientes a diversos sectores medios y populares de la ciudad se vean afectados y comprometida su calidad de vida y su bienestar social, ya que en lo fundamental dichos sectores derivan su sustento de sus rentas de trabajo que han ido perdiendo a la par con su capacidad económica para atender sus necesidades esenciales.A los caleños y vallecaucanos no les queda más opción que oponerse a que los dineros de los impuestos se destinen a la ejecución de planes y programas imposibles de financiar en la actualidad, además de exigir que los mismos se cobren de manera tal que los más pudientes paguen su totalidad y se utilicen para resolver las necesidades de los ciudadanos y no para ejecutar un conjunto de mega obras y contratos de prestación de servicios (nómina paralela) que han demostrado su ineficiencia e ineficacia, contrarias al bienestar general y al progreso de la ciudad.Veeduria Ciudadana Por La Democracia y La Convivencia SocialEl Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social Uncategorized