“Asesinos, asesinos”…Redacciónserá el costo que asumirá el Presidente Santos, con el gobierno nacional y sus seguidores partidarios, ante una paz con las FARC, sin consenso nacionalEsta semana en el Congreso de la República dio un espectáculo que se va a repetir en la campaña electoral, a lo largo y ancho de Colombia, por la aparición en la política de los ex guerrilleros de la Farc y sus comandantes, por no haber concurrido a la JEP, justicia especial para la paz. Pero en el fondo, esto pasa, por no haber reparado las víctimas, ni ser judicializados, ni conocerse la verdad sobre lo que pasó con los centenares de miles de muertos del conflicto armado, ni haber equilibrado con la verdad, el reparo a la sociedad colombiana, por el daño que le hicieron. Este será el costo que asumirá el Presidente Santos, con el gobierno nacional y sus seguidores partidarios, ante una paz con las FARC, sin consenso nacional, como se observó con la votación mayoritaria del NO, en el plebiscito.“Asesinos, asesinos”, fueron las palabras del congresista, Edward Rodríguez, cuando en una audiencia pública para las circunscripciones especiales para la paz, en la Cámara de Representantes, Angélica Lozano le dio la palabra a Jesús Santrich de las Farc (Fuerzas Alternativa Revolucionarias del Común) a lo que los miembros del Centro Democrático protestaron, con duros epítetos de “asesinos, asesinos”. Esta situación se va a generalizar en Colombia y no se sabe cuál será la reacción de las Farc, pues el equipo que encabezan Alvaro Uribe, Andrés Pastrana y Vargas Lleras está en la tónica de hacer una campaña política de ideas y verdades.Definitivamente haber hecho un Acuerdo con las Farc sin lograr la unidad de los colombianos, es el error más grande, proyectándose el post conflicto, no habrá paz en Colombia y eso va a exacerbar los ánimos en la medida en que se popularice la acción contra los exguerrilleros y la reacción de ellos mismos. Y en el medio, estarán las zonas rurales de muchos municipios, inundados de cultivos y coca, donde las FARC han sido parte activa, con un gobierno sin política al respecto. Nace de nuevo la necesidad de lograr una verdadera Unidad Nacional, que solo se logra con una Asamblea Nacional Constituyente, que reconstruya lo andado y pueda sentar en una misma mesa a todas las partes del conflicto, con un lugar protagónico para las víctimas, por supuesto partidos de derecha, izquierda y del centro, incluida las Farc.Y si a eso le sumamos el rechazo de los ciudadanos a la política, para que tengamos un gobierno con legitimidad, exige una profunda reforma politica que no la hace el Congreso. Se contemple también una reforma económica que pueda acabar con la informalidad laboral, causante de la desigualdad e inequidad colombiana y por supuesto la reforma a la justicia que tanto se clama en Colombia.El próximo gobierno tiene esa tarea de unir a los colombianos y es a través de unas ANCEl próximo gobierno tiene esa tarea de unir a los colombianos y es a través de unas ANC, para que la opinión pública colombiana independiente, los partidos políticos y las fuerzas sociales puedan unirse en una sola voz y construir una nueva constitución, que estructure la República en el largo plazo.Así el post conflicto con las Farc debe funcionar y ojalá se pueda lograr la firma de un Acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional, y donde ellos puedan también ingresar, en igualdad derecho que las víctimas.Como podemos nosotros entender en el país que la implementación del proceso de paz de La Habana, una Reforma Constitucional vía fast track, iba a lograr la consolidación del país. Que las fuerzas políticas en el nuevo Congreso de la República a elegirse en 4 meses y 3 semanas, con su mayoría, liderados por un nuevo Presidente de la República, conduzca a la construcción de un debate constitucional, amplio y generoso del país. Se trata de que el pueblo elija unos delegatarios con el objetivo específico de determinar reglas de funcionamiento de poder público, como fundamento del sistema político y desarrollar un pacto político, fijando reglas, para la estabilidad institucional de la república.Tenemos todos los ingredientes en hechos judiciales, sociales, políticos y económicos que obligan a que se pacte un nuevo sistema que permita obtener la paz como fin superior, responsabilidad de la comunidad y para ello debe hacerse la gran concertación, con grandes esfuerzos en la convocatoria, liderazgo – coordinación en el funcionamiento y consolidación final de la democracia.Que nuestra carta magna es joven, si es cierto, tiene escasos 26 años, pero ella no solucionó gran parte de los problemas, y es el momento en que hagamos verdaderamente la paz vía constitución.La división de Colombia es profunda y nosotros debemos pensar en el futuro y en nuestra patria, de tal manera que debemos de reformular nuestra Carta Política para la reconstrucción de la República.Una nueva Constitución que le abra las puertas a una verdadera reconciliación, con participación popular y asumir la soberanía de la población sobre el territorio, paramos, fuentes hídricas, concesiones mineras…. soberanía alimentaria.Y ante todo, a la paz hay que darle un valor jurídico de nivel constitucionalY ante todo, a la paz hay que darle un valor jurídico de nivel constitucional, real , que se pueda llevar a la práctica y no ideal que se quede en el papel, como una letra muerta, como ha sucedido en los países Centroamericanos. La prueba está que con la exequibilidad o blindaje que la Corte Constitucional dio a los acuerdos de paz, terminó dándole la razón al SI y al NO, lo que quedó más confuso en la medida en que se interprete o de quien lea. Al no estar de acuerdo la Corte, buscó la unanimidad en un fallo, que dejó sin sabores constitucionales a ambas partes. Por ello, la Constituyente de nuevo es el camino. Uncategorized