Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
En el programa radial de Caracol denominado “El personaje de la semana” realizado el domingo 20 de octubre, estuvieron los candidatos Jorge Ivan Ospina y Alejandro Eder quienes protagonizaron un espectáculo más digno de una “pelea de gallos” que de un debate sereno e inteligente de sus propuestas e iniciativas dirigidas a resolver los graves problemas que afronta la ciudad de Cali. El carácter deprimente del debate arroja luz sobre la personalidad de los candidatos que con su ejemplo mostraron su intransigencia y la forma como procederían en caso de ser ungidos como alcalde de Cali, además de las pocas ideas sobre la problemática local que expusieron sin un sustento económico y jurídico para llevarlas a la realidad.
Ad portas de la terminación del proceso electoral dicha “actuación” fue sin lugar a dudas el acto publicitario más desfavorable de sus campañas. El debate no aportó nada nuevo fuera de los insultos recíprocos que se dijeron los candidatos, quienes utilizaron parte de su tiempo en el programa para responsabilizar de la mala gestión administrativa a los alcaldes Guerrero y Armitage que de alguna manera fueron los continuadores de las políticas públicas en el caso del ex alcalde y hoy candidato Jorge Ivan Ospina con las 21 megaobras y como auspiciadores de otras obras como el Parque Lineal del rio Cali del agrado del candidato Eder. Este candidato no posee el conocimiento ni la experiencia que se requieren para dirigir una ciudad que como Cali demanda no solo de funcionarios idóneos y capaces sino de verdaderos defensores del interés general, ajenos a todo autoritarismo, demagogia y populismo que igualmente caracterizan al candidato Ospina.
En medio de esta confrontación personal y decadente, los caleños no deberían por votar por ninguno de los dos candidatos, transformados hoy en gallos de pelea, pues en esta ocasión no se trata de apostarle al que se considera ganador, en tanto que la reconstrucción de la ciudad requiere de la participación obligatoria de los ciudadanos, circunstancia que no hace parte del ideario político de los candidatos comprometidos cada uno de ellos con sus respectivas clientelas que aspiran a recibir los beneficios del nuevo alcalde y del modelo de ciudad Distrito en los cuales los candidatos han fincado su interés para beneficio personal o de su entorno social.
A última hora el candidato Ortiz conocido como “el Chontico” quien a pesar de ser invitado al programa radial no acudió al debate invocando problemas de salud, quiso sorprender a la opinión pública asegurando que de ser elegido alcalde “en las 72 horas siguientes a su posesión empezaría a desmontar los taches”, lo cual no contribuirá a mejorar la movilidad en la ciudad si antes no se erradican las causas que producen las congestiones y la lentitud en el desplazamiento vehicular.
Frente a este desbarajuste político e institucional los caleños deben expresar su enérgica protesta VOTANDO EN BLANCO y convirtiendo esta jornada en parte de la lucha social y política por la defensa de sus intereses, derechos y libertades de la mano de la unidad, organización y movilización de todos por una Cali mejor.
De aumentarse considerablemente la votación en BLANCO, ésta adquiriría un gran valor político y moral en tanto que la elección del alcalde por una “mayoría-minoría” con respecto al censo electoral demostraría que la gobernanza de la ciudad continuará siendo ejercida por una minoría poco representativa y excluyente que coloca la democracia en tela de juicio frente a los ciudadanos que con su voto no comparten las viejas y nuevas prácticas políticas impuestas por los gobiernos anteriores y por quienes pretenden mantenerlas en contravía de la inmensa mayoría de la población caleña.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social