Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.


Los columnistas de Caliescribe.com, Benjamín Barney, Luz Betty Jiménez, Pablo Borrero, Alex Sterling, Yolanda Varela, Héctor de los Ríos, el director Ramiro Varela y el suscrito, realizamos un balance de las campañas para Alcaldía y Concejo de Cali. 

Fue fruto de un juicioso proyecto de ciudad abarcando más de cien horas de grabaciones durante los últimos seis meses. En dichos conversatorios se escucharon, a quienes valerosamente han postulado sus nombres, conducentes en cambiar el destino inmediato del destino de ciudad.

El común denominador del juicioso análisis confirma que los candidatos aun no han profundizado en los verdaderos temas de ciudad. La mayoría se han quedado en lugares comunes con planteamientos abstractos. La inseguridad, con diferentes matices, la solución del sistema de transporte masivo, continuidad en procesos de educación y “frases que se repiten en el tiempo y el espacio. Todos dicen que van a ser transparentes … ¿no es lo mínimo que se espera de un alcalde?” como lo asevera Luz Betty.

Los columnistas coinciden en que el tema más relevante es la ausencia de propuestas sobre la (in)viabilidad del marco fiscal de corto y mediano plazo. No solamente van a encontrar la “olla raspada” resultado de ambiciosos, suntuosos y faraónicos proyectos, los cuales de paso encontraran sin concluir, sino limitaciones presupuestales de inversión en programas sociales e infraestructura. Quizás la más preocupante obra inconclusa, como lo asevera Pablo es la terminación del desfinanciado proyecto del Jarillón de rio Cauca, de gravísimas consecuencias en caso de una emergencia que inundaría la ciudad.  

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El segundo tema no tratado es la transformación de EMCALI. Las pérdidas acumuladas del componente de telecomunicaciones y su solución no ha sido incluido en el discurso. Igual el componente de acueducto y alcantarillado no fue abordado diligentemente. El tema de las pérdidas de agua potabilizada consecuencia de obsoleta red de acueducto, conexiones fraudulentas y desactualizados medidores, lo cual se disfraza en la tarifa, ni las nuevas fuentes de abastecimiento para las zonas de expansión del sur, pasaron desapercibidos. Tampoco proponen transición energética, ni búsqueda de alternativas de generación para una región de neta importación de energía. 

Y quizás el más álgido tema es si el modelo de las empresas públicas debe continuar estatizada o debe privatizarse totalmente, y no por pedazos, como lo hecho hasta ahora por el alcalde Ospina.

La planificación ciudad-región a mediano y largo plazo parece no ser un propósito. Sistemas integrados de movilidad de pasajeros entre las poblaciones dormitorio vecinas, tímidamente expuestas en el proyecto en curso del tren de cercanías, o plataformas regionales de servicios públicos no se han escuchado. Generación de condiciones conducentes a generación de oportunidades y oportunidades, fundamental en la proyección a futuro fue escuchada modestamente. Una odiosa comparación de planificacion es el plan a cien años de Barranquilla, mientras los candidatos no ven más allá del corto periodo de cuatro años de sus planes de gobierno. 

Las campañas han entrado en una segunda etapa de señalamientos y difamación, propio de inapropiados consejos de estrategas generando la acostumbrada guerra sucia, que no conduce a construcción de proyectos de ciudad. Lo último de esta etapa es la definición de alianzas y retiro de algunos candidatos que no registran en las encuestas, evitando una atomización de preferencias electorales.

Ojala en la última etapa, en el mes que falta, se escuchen propuestas innovadoras, diferenciadoras y viables. Igual sería importante conocer los equipos de trabajo que puedan acompañar al elegido. Se espera deben tener un gabinete, como lo acuño John F. Kennedy integrado por “los mejores y más brillantes”. Hasta ahora se identifican con acompañamientos de la política tradicional. 

Ha sido una campaña, hasta ahora, superflua, de limitado contenido, ahogadas en remolinos abstractos, pese a la excelente formación académica y probada experiencia de los candidatos.