Redacción
Colombia está en mora de la reforma a la justicia, aplazada por más de 12 años, con todas las dificultades a nivel local, municipal y rural, donde los Jueces, Fiscales, Magistrados , muchas veces nos fallan en derecho, su control no es efectivo, están sobrecargados de trabajo y un número no despreciable, en la corrupción.
Los despachos judiciales en promedio con 400 procesos, pero hay algunos que tienen hasta 3.000, el rendimiento laboral de muchos Jueces es deplorable en calidad y cantidad, y las sentencias judiciales son pocas menores a 12.000 sentencias diarias, en un País de más de 1.000 municipios. Crece la demanda por la justicia, los ciudadanos no ven en los Jueces ordinarios, el suficiente resultado y la justicia constitucional congestionó la ordinaria y su jurisdicción hace falta.
El presupuesto de la justicia siempre es criticado, el Consejo Superior de la Judicatura fue eliminado desde el 2014 constitucionalmente, faltaba solamente la firma del Presidente de la República , se cayó ese acto legislativo y allí está vivo. La congestión en la rama judicial es gigante, los procedimientos no son rápidos, indudablemente estamos en gran emergencia judicial, pues el ciudadano no ve la posibilidad del acceso a la justicia rápida.
La reforma a la justicia lleva más de 10 años con los hechos de corrupción en la Corte Suprema Justicia, pocos creen en el Consejo Superior de la Judicatura y el Congreso de la República no da la solución, sin justicia nuestra democracia está en cuidados intensivos. Nadie está interviniendo sobre el Consejo Superior de la Judicatura, cuya corrupción se ha denunciado varias veces, se dio excesiva independencia en el manejo de los recursos a la justicia, lo que ha demostrado es un volumen de gastos muy altos, con un poder inconmensurable.
El Presidente Duque requiere un acuerdo político que pueda configurar nuevo sistema judicial, en el conjunto de las instituciones públicas del País, la organización de la sociedad, los comportamientos, las actitudes, los valores que están desdibujados, en un país lleno de bandas criminales disidentes de las FARC, la guerrilla del ELN, movimientos sociales enquistados alrededor del narcotráfico, sitian la fuerza democrática de Colombia.
El gobierno de Santos, 8 años nos dejó sin una reforma a la justicia, pero sí con las pruebas de cómo se ejerce la corrupción en la Corte Suprema de Justicia, con tres investigaciones formales a 3 ex Presidentes de la Corte Suprema de Justicia, Leónidas Bustos, Francisco Ricaurte y Camilo Tarquino. Al País ya se le olvido los montos de las tarifas, miles de millones de pesos para manejar casos penales en la Corte Suprema de Justicia. Y no poco se ha dicho de los fallos de los Jueces Bustos, Ricaurte y Tarquino, influenciadas por negocios y politiquería, con decisiones que no coincidan con la verdad jurídica, la verdad procesal y la verdad verdadera de los mismos. Todo en el congelador….esto sería la muerte política de este alto tribunal, por lo que se requiere el llamamiento del poder soberano de la ciudadanía a salvar la institucionalidad de la República, en lo que tiene que ver con la justicia, en estos 2 años del Presidente Duque.
Los índices de imagen y de favorabilidad de la justicia, llámese como se llame, la mantienen siempre muy desprestigiada, afectando los pilares de la democracia. Definitivamente los gobiernos no han podido con las Altas Cortés, menos el Congreso liderando una posición mayoritaria a la reforma a la justicia, reiteramos desde estas páginas, que la única salida es una Asamblea Nacional Constituyente.
Lo que se requiere una nueva arquitectura en la estructura de la justicia, la que definitivamente no se puede hacer vía Congreso de la República, allí se materializa la necesidad de una constituyente que solucione ese problema tan grave. El Congreso como constituyente ha sido un fiasco, de reformas menores y múltiples.
No podemos olvidar la aprobación de un acto legislativo, el reformatorio de la justicia en el 2015, que con la participación de no pocos Magistrados de las Altas Cortes, el Presidente de ese entonces Juan Manuel Santos tuvo que regresar del Brasil, renunció el Ministro de Justicia y allí fallo el sistema político del gobierno para resolver este grave problema.
Y estamos en ese volumen de justicias que tiene el País, que enredo: La de las FARC ( JEP ) , la de los grupos paramilitares , la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, la administrativa, la penal militar y la justicia indígena. Y el otro grave problema son las tendencias ideológicas, grande peleas internas.
¡Justicia, justicia!