Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
La vallecaucania es por su aporte económico a la Nación, sino el primero, el segundo Departamento, pero tristemente sin ninguna influencia en el manejo del país. Tenemos, treinta representantes y senadores y salvo uno, nadie conoce su participación o vocería de la región en el Congreso de la República, con suficientes resultados. Un ejemplo de esa inoperancia se puede apreciar con la Carretera Buga-Buenaventura, fundamental para el país por ser por donde entra la carga del Pacifico y se mueven muchas de las exportaciones de la región y del país y lleva lustros sin ser terminada.
Nuestra clase dirigente empresarial es altamente eficiente, pero debe recordar a Manuel Carvajal Sinisterra quien decía que, si el entorno de una empresa no era satisfactorio socialmente y la empresa no se incorporaba a su medio, ello tarde o tempano la perjudicaría. Por esa indolencia perdimos a la original CVC como la agencia para el desarrollo integral de la región y con ello algo que vengo reiterando que se debe acometer cuanto antes, el Plan del Agua estudiado en 1990. La sequía que se anuncia, originada en el calentamiento global, será gravísima para muchas poblaciones, la agricultura y la industria y espero esa crisis nos convenza de la necesidad urgente de adelantar lo proyectado en ese cuidadoso estudio. Ni que decir de esa indolencia de habernos convertido en compradores de energía eléctrica cuando podríamos ser autárquicos en su generación.
Sería largo enumerar los problemas de diverso orden que afectan a la región, pero es urgente recuperar el liderazgo regional en todos los aspectos para mejorar la región y la calidad de vida de su población. Todos nos quejamos de los problemas, afortunadamente algo se logró en las últimas elecciones, pero no es suficiente, es urgente que la emprendedora clase empresarial, a través de sus organizaciones gremiales, asuman ese liderazgo y que como lo fueron antaño jalonen a la región en el buen manejo de lo público y lo social. El crecimiento poblacional no da espera y debemos adelantarnos antes de que sea explosivo.
Pensar en grande y mirar lejos era la consigna de nuestros mayores que hemos olvidado por miedo a la dificultad, por cortoplacismo o por innumerables causas. Es hora de unirnos en objetivos comunes y así actuar con certeza y eficiencia para recuperar ese liderazgo.