Redacción
Cuando los diferentes estudiosos de las ciudades y las universidades, ratifican año a año que Tokio es la ciudad más inteligente del mundo, también se preguntan por qué y algunos lo atribuyen también a la misma inteligencia de los japoneses. Pero no es así, según la mayoría, es la disciplina la que origina el éxito y lo llevó a ser un país desarrollado y con el alto índice de seguridad.. todo dentro de una visión de largo plazo que culturalmente tienen los japoneses
Saber que en Colombia no hay ninguna ciudad que tenga un alto nivel de desarrollo ni económico, ni social, por supuesto que Cali es de las últimas. El problema ha sido de las administraciones, pero también de los ciudadanos que no han tenido dentro de sus casas, en la familia, una cultura del esfuerzo y del trabajo duro, que es lo que conduce al éxito.
Colombia y Cali con esa gran pobreza y miseria, ausencia de oportunidades y de verdadero progreso económico, no puede entender que la disciplina, finalmente vence a la inteligencia.
¿Cuál es el problema colombiano, que tiene tanta riqueza, tantos recursos naturales, dos océanos, las tres cuartas partes del país totalmente inexplotados y recurso humano inteligencia? Esa es una pregunta fácil de contestar, en el contexto japonés. Es la disciplina, donde no se ejecuta por parte de nuestra cultura, un manejo completo del orden y la constancia, en la búsqueda de metas diarias, por eso no se consiguen objetivos y no se logran satisfacer las necesidades de la mayoría de los ciudadanos.
Todos los días Cali o cualquier ciudad colombiana, es más inviable, en la medida en que las necesidades tienen unos valores inalcanzables, solo es sumar en Cali el costo de la infraestructura educativa, el de superar la calidad de la educación, la infraestructura de salud, el plan de huecos de la ciudad, los andenes del municipio de Cali, etc y nos damos cuenta que no tenemos los recursos para hacerlo.
Necesitamos un alcalde en Cali que se decida a construir una mejor ciudad, mejor sociedad, para que ese capital humano cada día tenga unos mayores principios, educado, orientado al trabajo y a la producción con resultados y que pueda comportarse en armonía con sus conciudadanos.
Que será que nosotros no tenemos la verdadera admiración a la eficiencia y a la eficacia como principio en las labores en las que se desempeñan, respetando las estructuras organizacionales y la disciplina al cumplimiento de horarios, allí se logra indudablemente generar una cultura íntegra, frente al conciudadano.
Precisamente la cultura de la disciplina, genera que los niños y jóvenes logren un mayor nivel de aprendizaje, con calidad, donde el comportamiento es relevante, de tal manera que se logre que el nivel secundario, permita tener ciudadanos con altos niveles de educación y disciplina.
Observemos que aún en Colombia no hemos podido entender la cultura de la legalidad, donde los congresistas no quieren dejar la mermelada y es allí la gran disputa nacional, que hasta los grandes medios de comunicación están haciéndole la zancadilla al gobierno, en la conducción correcta de un país donde prime precisamente esa cultura, que genera disciplina.
Muchas cosas tenemos que mejorar y muchas que aprender de los japoneses.