Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
Descendientes de los simios, auto denominados homo sapiens, que habitamos el Planeta Tierra seguimos pensando que esta es un pastel infinito, que no tiene fin y por ello gobiernos y economistas hablan del crecimiento económico como objetivo. Es decir, nos comemos el pastel, sin pensar que este es finito y que los comensales aumentan día a día. Pero lo cierto es que solo tenemos materias primas, energía y conocimiento y las dos primeras, entre más las usemos, menos tendremos. En cambio, el conocimiento puede siempre crecer, si lo estudiamos y usamos nos puede ofrecer nuevas oportunidades.
Pero hablando de conocimiento, los estudiantes y Fecode marchan pidiendo más recursos para la educación, pero poco hablan de la calidad de la misma, muchos títulos, que como decía un estudioso, son un mar de conocimiento con un micrón de profundidad. Lo informado de que la totalidad de los estudiantes de los colegios públicos de Santiago de Cali no pasaron las pruebas del ICFES, nos indica que los maestros piden prebendas, pero no cumplen la contraprestación, su deber, de dar calidad y exigir estudiar. Que todos los estudiantes deben aprobar el año, sepan o no, contradice la educación, no solo la de antaño en Colombia sino del mundo. Un bachiller en Holanda o Alemania estudia más horas y tiene el doble o más de los conocimientos de un bachiller en Colombia. Esa la diferencia que hace que sus ingresos por persona sean hasta 18 veces el nuestro.
Hace algún tiempo una profesora de inglés de un colegio oficial me decía que existía un formato, que llamaban el “mentirógrafo” que debían llenar de acuerdo con lo que el programa decía era el deber de enseñar. Eso se traduce en todos los desastres de estudios y construcción de infraestructura como puentes, edificios, etc., que se derrumban o inútiles estudios que solo lee la polilla en los anaqueles atestados de ellos.
O cambiamos estudiando y siendo como la previsiva cigarra, o seguiremos de paro en paro, pidiendo al gobierno el milagro de que todo lo resuelva sin nuestro aporte. O dando ocasión a los vándalos que de manera incoherente destruyan lo que pedimos que mejore, como el transporte público o que la previsiva hormiga done todo lo ahorrado a quienes no trabajan o esperan que el Estado, sin aportarle nada, les de todo. Ello es metafísicamente imposible, dado que el Estado vive de los impuestos y muchos políticos, sin mermelada, tampoco cumplen, aunque sea parcialmente, con su deber.
Como vamos primero se acaban las cacerolas que progresar sin trabajar o sin aportar o pensando que una empresa se puede instalar y crear empleo sin capital. El dinero de los ricos está invertido en las empresas productivas, que no se llevan cuando mueren, sino que siguen produciendo y generando empleo.