Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
Los Juegos Panamericanos de Cali de 1970, no solamente fueron unas justas deportivas. Fueron el despertar y transformación de una mediana ciudad hacia una urbe cosmopolita. La sociedad civil, la academia y el estado se articularon para convertir el sueño de Alberto Galindo Herrera en la más significativa evolución de la ciudad fundada 434 atrás. A los escenarios deportivos, la infraestructura vial, el crecimiento ordenado, y, por supuesto, el icónico, a veces olvidado, civismo caleño, se gestó la creación de un parque medioambiental a orillas de su río tutelar.
Se delegó su diseño a un arquitecto norteamericano quien visionó un parque de grandes hábitats para animales de gran tamaño. Pero la realidad era otra. Las precarias condiciones, y falta de conocimiento en el manejo de animales exóticos y silvestres llevó a un pequeño parque de especies nativas. Diez años después, el proyecto había fracasado. La autoridad ambiental consideró indispensable cerrar la iniciativa. Sin embargo, la ciudad, unió nuevamente esfuerzos y nació la Fundación Zoológico de Cali (FZC), para salvar el proyecto.
Se dieron a la tarea de capacitar el personal en un adecuado manejo de especies, combinado con la protección ambiental, sembrando flora autóctona que permitiera proteger los senderos y espacios del hábitat animal, de paso protegiendo la ribera del rio.
Esa semilla se ha convertido, cuarenta tres años después, en referente global de conservación. La misma autoridad, que en un momento pensó en cerrar el parque, es hoy un aliado estratégico. Las antiguas instalaciones de las generadoras hidroeléctricas ubicadas a poca distancia, que por ley pasaron de la Corporación autónoma a un ente privado, se unieron como otro aliado fundamental.
Pero la unión de estos dos aliados, CVC y CELSIA, son aliados de la más importante plataforma de compromiso ambiental, bajo el liderazgo, resiliencia, consolidación e innovación de la FZC.
El parque, muy similar a su diseño inicial, cuenta con áreas definidas de zonas geográficas globales. Se encuentran recónditos tesoros selváticos de la Amazonía, un Camino de Los Andes, al cual fácilmente nos identificamos por la diversidad de nuestros pisos térmicos, y en pocos pasos nos transportamos, brincando entre continentes, de una Asia Fantástica, al Africa y Australia.
Un hermoso recorrido, por amplios senderos, protegidos de una frondosa arborización, desde donde se escucha el rugir de felinos, una sinfonía aviar, el escarbar del suelo, el llanto y grito de los primates. Para los bienvenidos y madrugadores caminantes el recibimiento del nuevo día es un canto de alegría. Observamos la exuberancia multicolor con la cual la naturaleza encubrió, para su protección, a todas las especies. Las marcadas franjas naranja rojizo y rayas negras de los tigres, el negro azabache de la pantera, la huella digital del hocico y los pequeños ojos de los osos de anteojos, el rosado de los flamingos, el contraste de negros, amarillos y rojo encendido de exóticas aves. El maravilloso ballet acuático de los peces del Acuario. Todas convertidas en una experiencia sensorial inolvidable.
La FZC también es un Centro de Ciencia, reconocido por MINCIENCIAS, otro invaluable aporte al conocimiento, educación y academia. Es una comprobación del compromiso a la investigación, conservación y practicas ambiéntales sustentables, el diario acontecer del Zoológico.
El Zoológico es complementado por el ambicioso proyecto del Jardín Botánico de la ciudad. En este espacio protector de la cuenca del rio Cali y el bosque seco tropical nos encontramos, no solamente con centenares de colecciones botánicas de orquídeas, bromelias, palmas, cactus, aráceas, sino con el bello mirador.
El elemento estructural fue diseñado y supervisada su construcción por el galardonado y más reconocido arquitecto colombiano de madera y guadua, Simón Vélez. Una construcción digna de conocerse, disfrutar, observar y dejar perpleja la imaginación del reto de arborizar ordenada y planificadamente las cien hectáreas convertidas en uno de los parques urbanos más grandes de Latinoamérica.
El Zoológico, el Jardín Botánico y la restaurada Hacienda El Bosque, de preciosa arquitectura vallecaucana colonial, son fruto de medio siglo de incansable lucha, hoy referentes de reconocimiento global e indudablemente tesoros de ciudad. Logros realizados bajo el liderazgo de María Clara Domínguez Vernaza, sus equipos directivos y todo el personal de trabajo de la FZC.
María Clara es ejemplo de tenacidad de la mujer vallecaucana. Confirma que no se requieren leyes de igualdad de género, sino infinitas ganas de triunfar y convertir sueños en realidades.