Redacción
Toda la película de Jesús Santrich, ex guerrillero de las FARC y quien presuntamente siguió delinquiendo después de firmado el proceso de paz, se sigue internacionalmente, especialmente en diarios de Estados Unidos y España, donde se muestra lo que es, una burla al país y al Congreso especialmente, donde esta semana tomó posesión de su cargo como Representante a la Cámara.
Ha sido la JEP, la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y la Corte Suprema de Justicia, cambiando jurisprudencias e interpretando a su manera, a pesar de las evidencia en todo este proceso, que completa año y medio
Pero fue desde el momento en que se elevó a constitución nacional todo el proceso de paz, como un proyecto político del gobierno Santos, con la entonces denominada Unidad Nacional, se validaron muchas cosas, entre ellas el Fast Track y todo el modelo legal, aprobado con “mermelada”, en plena campaña de re elección de los congresistas, hoy nos está carcomiendo ante la opinión internacional y por supuesto ante las nuevas generaciones, que observan el ridículo que proporcionan los mayores.
La JEP tuvo su principal cuota de responsabilidad, cuando se demoró un año y 4 meses, en identificar una fecha, con un filibusterismo barato, que debe ser castigado por la opinión pública, es la primera responsable, porque no quiso ver la fecha, para la extradición.
De allí en adelante, las altas cortes llámense Consejo de Estado, Corte Constitucional y Corte Suprema de Justicia, cambiando jurisprudencias para montarse en decisiones jurídicas, totalmente influenciadas por la política.
El Consejo de Estado otrora fuente del saber administrativo del país, cambió sus líneas jurídicas, para decir que la curul del señor Santrich, legalmente estaba viva. La Corte Constitucional, al haber elevado al bloque de constitucionalidad, todo ese acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno Santos, se excedió en influencia política, también debe ser intervenida por la opinión pública. La Corte Suprema de Justicia, con pruebas públicamente conocidas, de las actividades delincuenciales de Jesús Santrich, también se va por las ramas y ordena la liberación de Santrich, para que se posesione en el legislativo colombiano.
La mayoría los partidos que hoy salen a rechazar la presencia de Santrich en la Cámara Representantes, como la U, Cambio Radical, Conservadores, Alianza Verde, etc, se les olvida que son co-responsables del problema, porque fueron los que generaron toda una estructura jurídica ambigua en el Congreso 2014-2018. La Banana Republica, volvió en Colombia a hacer epicentro de nuestro modelo jurídico y político, como un país inestable, empobrecido en su estructura institucional, atrasado y corrupto.
El gobierno Santos no privilegió las víctimas, las olvidó, hizo lo que le dio la gana con el Congreso, sometido a una hegemonía que se montó con una conceptualización ideológica sobre el proceso de paz, dijeron que primero la justicia, guerrilleros a la cárcel y luego al Congreso, fue al revés y la expresión despectiva de república bananera le cabe totalmente a Colombia.
Como es que un guerrillero, que vulnera las fechas del proceso de paz, sigue en el narcotráfico, ahora está en el Congreso,…quien lo entiende?