Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


 

El derecho de todo caleño y vallecaucano a participar en la elección de Alcalde, Concejo Distrital, Gobernador(a), Asamblea Departamental y JAL, ha sido sustituido por la lucha competitiva para acceder al poder local y regional, circunstancia esta que se asemeja a la que se presenta entre las fuerzas económicas que compiten en el mercado capitalista, a todo lo cual se suman las restricciones a la libertad política de los ciudadanos que se oponen al régimen o por el contrario son recompensados con la contratación oficial y los subsidios en su condición de masa electoral disponible o que simplemente se dejan seducir con las palabras y promesas de siempre, como las de acabar con la corrupción y con la pobreza, garantizar el empleo, luchar contra la delincuencia y asegurar el bienestar y la prosperidad de todos los ciudadanos.

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De esta manera se ocultan los verdaderos intereses de los diferentes grupos y sectores políticos que participan en la contienda electoral, a la vez que la participación de varios movimientos y partidos políticos no garantizan de por sí el carácter democrático, en tanto que se corre el riesgo de que por ejemplo, en algunos municipios del departamento del Valle del Cauca, los comicios electorales se adelanten en medio del soborno, la intimidación y la violencia que se ha enseñoreado de la región.

A lo anterior se suma la trashumancia y posible manipulación de los votos y tarjetones, lo cual contribuirá a crear un clima de incertidumbre y desconfianza que hará que de antemano los ciudadanos no puedan participar del debate electoral ante la inexistencia de garantías para ejercer el derecho de elegir a sus autoridades.

Por otra parte, en la ciudad de Cali los medios de comunicación han contribuido a crear la sensación de que el candidato Alejandro Eder será elegido como el próximo alcalde de la ciudad en tanto que hasta el momento aparece el candidato Roberto Ortiz encabezando las encuestas de opinión.

La participación de estos candidatos en la contienda electoral como los más opcionados para alcanzar la alcaldía, ha polarizado la atención de los ciudadanos no obstante que sus propuestas no dejan de ser más de lo mismo de aquellos que tratan de impresionar a los ciudadanos con toda clase de promesas que en fin de cuentas poco o nada sirven para resolver los graves problemas que afronta la ciudad.

El debate electoral que se realizó entre estos dos candidatos en uno de los grandes medios de comunicación radial, se redujo por parte del señor Alejandro Eder, a señalar al candidato Roberto Ortiz de continuista de la labor del alcalde actual, que ha llevado a la ciudad a un estado de anarquía, descomposición social y corrupción. Entretanto, el candidato Roberto Ortiz afirmó que el señor Alejandro Eder siempre estuvo ausente de la ciudad y de los problemas de sus habitantes, circunstancia esta que lo hace incapaz de poder resolver los problemas que hoy afronta Cali, sumida en la inseguridad, el desempleo, la pobreza y la falta de oportunidades.

Mientras que la campaña electoral se diluye en medio de insultos de los candidatos, en el seno de la sociedad proliferan la apatía y la polarización que atentan contra la unidad y organización del pueblo caleño y vallecaucano.

Las quejas y lamentaciones de los ciudadanos por las condiciones políticas de los aspirantes a cargos de elección popular, no son suficientes para que esos malestares se traduzcan en la posibilidad de participar, por ejemplo, votando en blanco en las urnas, lo cual sería una demostración de madurez política e independencia de las casas electorales de todas las vertientes y matices ideológicos.

Para lograr que los ciudadanos se interesen en el voto en blanco se requiere liderazgo y de quien los motive y eduque en lo que representa dicha forma de participación política.

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No obstante que algunos sectores de opinión hicieron pública a través de los medios de comunicación su intención de apoyar y abanderar el voto en blanco, esto se quedó en frases y buenas intenciones pues en pocos días olvidaron ese compromiso, cayendo en la moda de las encuestas que direccionan la voluntad de lectores, oyentes, televidentes y ciudadanos en general.

En estas condiciones, la ciudad y el departamento no lograrán salir de la crisis en la que se encuentran, ya que de lo que se trata es de cumplir con los dictados de la democracia liberal caracterizada por una abultada abstención que se repite en cada elección, mientras tanto todo sigue igual ya que los candidatos no representan ni defienden los intereses de la mayoría de los ciudadanos, como viene sucediendo en Cali y en el departamento del Valle del Cauca.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social