La Travesía Pacífico y el uso de la ‘Bici’Mario Germán Fernández de Soto Tuve la oportunidad de compartir el pasado domingo, 15 de octubre, desde muy tempranas horas de la mañana, con los promotores de la novena edición de la ‘Travesía Pacífico 2017’, un recorrido deportivo y recreativo que realizaron más de 2.000 ciclo-montañistas de Colombia, Estados Unidos, Holanda, Bélgica e Italia, a lo largo de 108 kilómetros, con la partida desde el corregimiento de El Queremal, en el municipio de Dagua, hasta su llegada, en el parque ‘Néstor Urbano Tenorio’, de la zona urbana de Buenaventura. Cada año, en el mes de octubre, el itinerario de esta correría ecológica atraviesa una gran parte de la selva húmeda del Pacífico colombiano, por la carretera antigua al puerto de Buenaventura, explorando la belleza natural de El Danubio, Aguas Claras, San Marcos, Zabaletas, Cisneros y Zaragoza, todos corregimientos del Distrito Especial Industrial, Portuario, Biodiverso y Ecoturístico. La actividad tiene dos enfoques que le han dado el coordinador general, Manuel Berrio, y su hijo, Juan Sebastián Berrio, quien es el coordinador de campo y carretera de la travesía, ambos artífices de esta singular travesía. Con el apoyo de la Alcaldía Distrital de Buenaventura, la Alcaldía de Dagua, el Batallón de Alta Montaña y la Armada Nacional, mediante el componente de infantería marina, la familia Berrío ha logrado posicionar una prueba ciclística que, como dicen ellos, nació del derecho que tiene la región Pacífico de contar con una infraestructura vial necesaria para promover el desarrollo económico, social y turístico de la subregión portuaria. La población que habita estos corregimientos espera, año tras año, la llegada de la Travesía Pacífico’, que impulsa su desarrollo y promueve el turismo. Con el esfuerzo de estos titanes del deporte, identificados como grupo Tiburones, Huracán Pacific Bike, Yubarta Bikes Group, Espartanos Mtb, Legionarios Mtb, Leones y Aventureros Bike, de Cartago, se han logrado importantes avances como el reconocimiento y la inclusión de la Travesía Pacífico en el calendario del ciclo-montañismo recreativo nacional e internacional, pero, además, ha enfatizado en el fomento del uso de la bicicleta como una opción en la búsqueda avanzada de soluciones a la actual crisis ambiental, social, económica y de salud que vivimos en todo el país, especialmente en el Valle del Cauca y su capital. La ‘Bici’ es un transporte alternativo que, como dice el urbanista catalán Jordi Borja, debería ser un instrumento para devolver la ciudad a las personas. En las principales áreas urbanas del país, el medio prioritario para la movilidad de la población son los viajes a pie, en un 21%, mientras que el 19% utiliza la motocicleta y el 18% viaja en ‘Bici’, el resto se lo dividen entre el transporte público colectivo, en un 16%; un 15% en carros particulares y el 11% en taxis. Por eso, el futuro de las ciudades es seguir reduciendo los altos niveles de contaminación enfatizando en el uso de la bicicleta, como ya lo hacen los países europeos. En Colombia, la inclusión de la bicicleta, como opción de movilidad, ha sido limitada y todavía no se explora su potencial como parte de la solución hacia ciudades más competitivas, bajas en emisiones de carbono y por ende con un aire más limpio. Es evidente que su promoción sigue estando alineada con esfuerzos aislados y con un perfil recreativo o deportivo, más que como parte de una política integral de movilidad sostenible. De allí que sea necesario legislar desde el Congreso de la República sobre el incentivo para el uso de la bicicleta en general y la protección del ciclista en particular, como parte del proceso de movilidad. Con el apoyo de la comunidad ciclística quiero trabajar desde la Cámara de Representantes para incorporar a nuestra legislación una política pública sobre la movilidad en bicicleta, para enfatizar en los beneficios de su uso, jerarquía de transporte y prioridad de los usuarios de la vía, los criterios rectores de la planeación ciclo-incluyente y la iniciativa para facilitar la opción de cambiar los autos particulares por la bicicleta para llegar al trabajo, a la escuela, a la universidad o para ir de compras, como hoy lo hacen Medellín y Palmira. Propongo desde ya el fomento de una cultura ciclística, basada en la intervención de la infraestructura vial con la adecuación de ciclo-carriles, mediante una estrategia que implemente la bicicleta como complemento para el sistema de transporte urbano. Se hace perentorio reconocer las áreas de oportunidad y adoptar acciones para impulsar el desarrollo, buscando implantar condiciones de estabilidad para la red social, política y económica de los municipios vallecaucanos. En términos de transporte y desarrollo urbano, es urgente la creación de políticas públicas eficientes que respondan a los problemas específicos de cada región. Bienvenidas estas iniciativas, como la Travesía Pacífico, porque, además de ofrecer estímulo para el uso de la bicicleta en una modalidad específica, como lo es el ciclo-montañismo, también nos permite entender que andar en bicicleta es una de las formas más económicas y accesibles de movilidad y que impulsar su uso nos ofrece la posibilidad de transformar a Colombia desde los entornos urbanos, convirtiéndolos en lugares saludables, sostenibles, equitativos y competitivos. Más aún, ver a más de 2.000 ciclistas, recorrer con decisión y pasión la selva húmeda del Pacífico solo por amor a la bicicleta, nos recuerda que con el uso de este velocípedo damos un paso hacia una opción de movilidad ecológica y saludable, pero, sobre todo, equitativa, participativa y democrática. Twitter, instagram y Facebook: @fernandezDsotoWeb: mariogerman.com.co Uncategorized