Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.


ERDHFN

<em>Los señalamientos buscando responsables y escudándose en cambio climático y calentamiento global son juego protagónico sobredimensionado</em>

Los meses de lluvias han traído el campanazo de alerta que la ciudad aun no se prepara para afrontar los estragos propios de los tropicales aguaceros huracanados.

Los señalamientos buscando responsables y escudándose en cambio climático y calentamiento global son juego protagónico sobredimensionado y amplificado por los medios locales, deleitándose en el macabro periodismo de insólitos episodios, tragedia, desolación y muerte de inocentes ciudadanos.

Tristemente la amnésica administración, los cortesanos entes de control y su consorte concejo municipal, al brillar el sol de la época seca, olvidan sus compromisos, distrayéndose en folclóricos menesteres, periodo vacacional, altas temperaturas y el pasatiempo de elevar cometas con los vientos estacionales.

De la etapa del diagnostico, producto de onerosos estudios, no se pasa a la recomendación y ejecución de obras de mitigación.

Año tras año se vuelve a inventariar el censo arbóreo.

Como en la filosofía de lo absurdo tipificada en el mito de Sísifo, se cuentan los 300,000 existentes, modernizados con novedosos y sofisticados sistemas de tecnología de geo-referenciación y fotografías actualizadas. Se advierte sobre los 400,000 que faltan por sembrar, los 50,000 que deben talarse, el déficit en 17 de las 22 comunas de la ciudad, la relación de la OMS de 1 árbol por persona, los procesos sancionatorios, la falta de mantenimiento agroforestal dirigido y lógicamente el próximo cambio de gabinete para así, como el personaje mítico, empezar de nuevo.

ewgrbrw

<em>No se entiende la falta de criterio de EMCALI en no reemplazar paulatinamente las líneas de conducción eléctricas aéreas por sistemas subterráneos eficientes.</em>

Oídos sordos a los consejos del paisajista Álvaro Calonje, ratificados, entre otros, por la Sociedad de Arquitectos Paisajistas, para sembrar especies con criterios lógicos de longevidad, bio-climatizacion, con raíces pivótales que profundicen y no raíces superficiales evitando daños a las zonas duras pavimentadas, volcamientos y desplomes súbitos. Y quizás lo mas importante sembrar donde correspondan en términos de escala y espacio. Observamos especies de arboles grandes sembrados equivocadamente en separadores viales que deben ser talados precipitadamente por los daños ocasionados al pavimento.

No se entiende la falta de criterio de EMCALI en no reemplazar paulatinamente las líneas de conducción eléctricas aéreas por sistemas subterráneos eficientes.  Al no estar expuestos a las inclemencias del clima se evita el roce con las ramas de los arboles, su posible caída, la generación de explosiones de transformadores, chispas que pueden provocar incendios y los consecuentes y extensos cortes de energía que alteran el suministro.

Por otro lado, al realizar el mantenimiento de redes eléctricas y alumbrado publico se cortan las ramas de los arboles desequilibrando y debilitando su estructura y formación natural.

Acabar con amortiguadores naturales de lagunas y humedales, canalizar quebradas,  riachuelos e interceptación de ríos, con deficientes diámetros de tubería, que se saturan rápidamente ante la intensidad lluviosa, inundando el entorno de corredores viales, colapsando la movilidad son resultados de nuestra propia descortesía con la naturaleza.

ewrhnrf

<em>controlando la temperatura ambiental y brindando su estructura como reservorios naturales de aguas lluvias</em>

Urgente la reforestación de las cuencas de los seis ríos urbanos. Realizar mantenimiento agroforestal al patrimonio arbóreo, abonando, fumigando, controlando enfermedades y fenómenos naturales de parásitos.  Incrementar el índice de zonas verdes del irrisorio 2.5 metros cuadrados por habitante estableciéndose la meta de 10 metros cuadrados. Arborizar el espacio público, sembrando especies nativas resistentes a las inclemencias de las épocas tanto seca como de lluvias, dando sombra, controlando la temperatura ambiental y brindando su estructura como reservorios naturales de aguas lluvias.

El susurro tempestuoso de la naturaleza nos alerta, la importancia vital esta en superarnos, actuando conscientemente.