Editorial
El proyecto de ley 339 de 2023, que estudia la plenaria de la Cámara de Representantes con reformas de gran calado para la salud colombiana, siguen sin tener consenso entre el gobierno, con la oposición, gremios, las aseguradoras, pacientes, las sociedades científicas y la comunidad.
Lo aprobado en la Cámara de Representantes esta semana que termina, prácticamente es la mitad del articulado y tiene que ver con comisiones intersectoriales de determinantes sociales, fortalecimiento de la red pública hospitalaria, la rendición de cuentas de las gestoras de salud, el fortalecimiento en nivel primario de atención, el desarrollo del sistema público unificado, el fortalecimiento de la Superintendencia Nacional de Salud, la política de formación y educación superior en salud, un régimen laboral con garantías y la conformación de unidades sánales de planeación y evaluación.
La gran duda tiene que ver con la transformación de las EPS’s, su permanencia, su integración con las CAPS, la prohibición de la integración vertical, también el poder definirles a las gestoras de salud y vida su naturaleza y funciones.
Ante todo, en la parte económica hay que definir si se autoriza el pago de servicios de salud por parte de la Administradora de Recursos para la Salud, ADRES, analizando el articulado sobre el régimen de tarifas y formas de pago, sobre el registro del servicio prestado y pagado, sobre la auditoría médica y la gestión de cuentas por prestación de servicios de salud, en cuanto a plazos de pago y la revisión y auditoría de cuentas, etc.
Como se observa un proyecto de este nivel de importancia, debe salir, pero con un consenso amplio para evitar desequilibrios en la prestación del servicio ( lo social ) , económicos y financieros.
No hay consenso todavía sobre la transformación de las EPS en gestoras de salud y vida, la gestión de recursos y servicios de salud, los centros de atención primaria en salud CAPS.
Lo positivo es que se ha avanzado, en identificar que hay una problemática para mejorar y resolver; tener un sistema que preste un “buen servicio”, pero que económicamente mantiene un déficit alto desde el punto de vista económico y en la prestación del mismo servicio de salud.
Y recordad que el medicare o la salud de muchos países , inclusive desarrollados, no han podido resolver en un 100%, los problemas de la salud pública.