Semana por la paz y visita de FranciscoP. Héctor De los Ríos L.Vida nuevaEn pocos días el sucesor del Apóstol Pedro visitará nuestro país. Es la tercera vez que somos bendecidos por la presencia del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. El Papa Francisco nos traerá un mensaje de esperanza para forjar un futuro de paz y justicia social; sus palabras serán una invitación a la reconciliación entre nosotros y a nuestra reconciliación con la naturaleza. Su visita coincidirá con la Semana por la Paz, que comienza justo este domingo y que se celebra en Colombia desde hace treinta años ininterrumpidamente.En agosto de 1968 el Beato Pablo VI arribó a Colombia; el mismo año en que había instituido la Jornada Mundial de la Paz, celebrada desde entonces en la Iglesia Católica cada primero de enero. Durante esta visita, la primera de un pontífice a América Latina, Pablo VI inauguró la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que tendría lugar en Medellín entre el 26 de agosto y el 7 de septiembre, cuyas conclusiones proponen la paz como resultado de la justicia social, fruto del amor y tarea en permanente construcción.Al salir de Roma hacia Bogotá, en medio de la tensión mundial por la invasión soviética a Checoslovaquia, este papa se había declarado apóstol desinteresado y ardiente de la paz que deben buscar y construir los cristianos. En su despedida, ante la prensa romana advirtió sobre la vulnerabilidad de la paz que Europa había construido con tanto esfuerzo tras haber superado la ferocidad de las guerras pasadas.En julio de 1986 San Juan Pablo II llegó a Colombia, siete meses después de la tragedia de Armero, en la que murieron más de veinte mil personas. Una semana antes de esta tragedia, el holocausto del Palacio de Justicia había dejado más de cien personas asesinadas y había sumido al país en una profunda incertidumbre. En medio de la guerra contrainsurgente, exacerbada por la fuerza del narcotráfico, el lema de su visita fue «Con la paz de Cristo por los caminos de Colombia».Durante el encuentro que tuvo en Medellín con los habitantes de los barrios populares, Juan Pablo II pronunció estas palabras: “A los responsables colombianos en la política, la economía, la cultura, dirijo un apremiante llamado: La paz, tan necesaria, es obra de todos, y una paz verdadera será realidad solo cuando se hayan eliminado las causas de la injusticia. Poned todo vuestro empeño para que se creen estructuras renovadas que permitan a todos los colombianos vivir en paz y armonía”.sEl 20 de noviembre de 2016, al concluir el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, el Papa Francisco advirtió cómo “la misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio”.En la misma ocasión nos animó al recordar que “una vez que hemos sido revestidos de misericordia, aunque permanezca la condición de debilidad por el pecado, esta debilidad es superada por el amor que permite mirar más allá y vivir de otra manera”. Uncategorized