Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP


los mismos departamentos y municipios mendigan unas migajas

Departamentos y municipios generan los recursos para el presupuesto nacional que se reparten en Bogotá, descontando el alto porcentaje de la corrupción, la máxima y deletérea pandemia que azota a Colombia y después los mismos departamentos y municipios mendigan unas migajas. Es triste que las regiones, que son mayoría en la Cámara y el Senado, se dejen emascular por el gobierno central.

El país necesita reformas fundamentales para mejorar su funcionamiento y un permanente y esencial departamento de planeación nacional que trascienda los periodos presidenciales. Así mismo contar con verdaderas oficinas de planeación departamentales y municipales, pues gobernadores y alcaldes, por una norma legal bien equivocada, deben presentar planes de desarrollo para sus periodos, los cuales son verdadero monumento a la improvisación y origen de defectuosos estudios apresurados y con ello fuente de obras inconclusas y de corrupción. 

Solo es revisar cada cuatro años el plan de inversiones públicas de la nación o los presupuestos anuales e se identifica   el exceso de centralismo y la gestión de congresistas, gobernadores y alcaldes por su “mermelada”.

Sin el orden de una planeación que armonice las necesidades del país, departamentos y municipios, seguiremos con el actual desorden

Sin el orden de una planeación que armonice las necesidades del país, departamentos y municipios, seguiremos con el actual desorden en todos los aspectos, con departamentos y municipios mendigando unas migajas que les dispense el burocratismo clientelista de la capital. Mientras tanto, el desorden crece por doquier con obras proyectadas, nunca ejecutadas, iniciadas y nunca terminadas, con diseños a la carrera o equivocados estimativos de costos, que al prolongarse en el tiempo causan toda clase de problemas y costosas soluciones tardías.

O modificamos las cosas o los únicos beneficiados son aerolíneas, hoteles y expertos lagartos, gracias a los miles de funcionarios viajando a la capital a rogar o gestionar una migaja, sobras de sus propios recursos que el gobierno central dilapida. ¿Dónde están o que hacen las mayorías regionales en la Cámara y el Senado? ¿También obedecen o gozan de la mermelada y la corrupción?

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