Author: Pedro Corrosivo

Por: Pedro Corrosivo.

Quiero hoy apreciado lector aprovechar esta columna que generosamente me brinda “Cali escribe”, para hacer un homenaje a aquellos que, a través de la historia, han dedicado buena parte de su tiempo a hacer poesía dejándonos un mensaje, que con estilo picaresco, nos hace reflexionar sobre asuntos de la vida diaria que, por esas cosas del destino, parecieran ser escritas para este presente que vivimos y/o parecen calcadas para describir situaciones o costumbres que pareciera se repiten invariable e inexorablemente a través de los tiempos.

Por: Pedro Corrosivo

Me perdonan las mujeres, ¡esos raros seres!, pero en esto del diario escribir, considero necesario a ellas aludir. Y lo hago querido lector, porque hoy por hoy en esta bella villa, sí, en nuestra querida Sultana, ha surgido con mucha fuerza, aunque nuestro venerable y santísimo Arzobispo Sarasti no lo acepte, toda una floreciente industria. La Industria de la Belleza. 

Por Pedro Corrosivo.

Corrosivo escuchó de fuentes fidedignas y bien enteradas, los sermones de Semana Santa, que hoy por hoy en nuestra bella ciudad la mitad de los matrimonios terminan en divorcio. Efectivamente, según la “UMO” (Unión de Mujeres Opresoras) una de las mayores causas de disolución radica en que el cónyuge varón no considera importante, ni le da valor alguno, a la labor doméstica de su mujer.

Por: Pedro Corrosivo.

Según decires públicos érase que se era, en inmemoriales tiempos, una bella ciudad en un bello país, ampliamente conocida por todos con el bello nombre de la Sultana. Era la Sultana, capital de una plana y fértil provincia donde todo era bello. Bellas eran sus mujeres y tan bellas eran, que de ellas alguien dijo un día que eran como las flores. Y sus hombres era lo que llamaban en esa época, cojonudos y verracos.